Trabajo Nº: | RES0021 |
Tipo: | Oral |
Tema: | Compromisos en la tutoría del Prácticum y de las prácticas externas |
Autores: |
Elena García Vila Universidad de Málaga / Facultad de Ciencias de la Educación (Didáctica y Organización Escolar) elenavila@uma.es |
Keywords: | Pensamiento práctico, investigación, tutoría, Practicum |
En España desde la década de los ochenta hasta nuestros días, numerosas leyes leyes como el Real Decreto 1497/1987, de 27 de noviembre, Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, Real Decreto 1791/2010, de 30 de noviembre, han posibilitado la modificación del periodo de prácticas de los/as estudiantes universitarios para ir ajustándolas al proceso de construcción del Espacio Europeo de Educación Superior, hasta llegar al Real Decreto 592/2014, de 11 de julio en el que se regulan las prácticas académicas externas de los estudiantes universitarios.
Dicha Ley en sus artículos 2 y 3 define las prácticas como una actividad que permite al estudiante aplicar y complementar los conocimientos adquiridos en su formación académica y contribuir a su formación integral tanto práctica como teórica. Comprender cómo el Practicum posibilita la interacción entre los conocimientos teórico-prácticos conseguidos en el entorno académico con los adquiridos en el entorno profesional ha llevado a plantear esta investigación y, dar un paso más al profundizar en la labor del profesional que realiza la tutela del estudiante para facilitar la práctica como proceso de investigación, el cual deberá continuar a lo largo de su vida profesional como docente.
Esta tutela llevada a cabo contribuye a facilitar la adquisición de competencias profesionales como: capacidad de aprendizaje, iniciativa, implicación personal, creatividad, etc., tal y como se recoge en el artículo 13 del Real Decreto antes mencionado.
La realización de las prácticas supone una inmersión en el contexto profesional, en el cual los/as tutores/as profesionales y académicos guían y acompañan al estudiante en la reconstrucción de saberes (Bretones, 2013; Martínez y Raposo, 2011; Moussay et Méard, 2010 y Pascual y Núñez, 2012). Al mismo tiempo el alumnado tiene la oportunidad de investigar en sus contextos, reflexionar sobre sus prácticas y sobre el trabajo que realiza tanto individualmente como con sus tutores/as. Las retroalimentaciones de estos últimos le va a permitir seguir construyendo su conocimiento teórico-práctico, además de avanzar en su crecimiento profesional (Kane & Francis, 2013; Mayoral y Castelló, 2015) y tomar conciencia de las teorías implícitas que activa. Schön (1992, p. 21) lo reseña como “un Practicum en el que los alumnos aprendan a aplicar el conocimiento basado en la investigación a los problemas de la práctica cotidiana”.
Durante el Practicum, el alumnado se encuentra con situaciones que le permiten desarrollar competencias que incluyen saber, saber hacer y querer hacer, para lo cual es necesario distinguir tres ejes (Sepúlveda, 2005):
Cuando un/a estudiante se enfrenta a situaciones educativas reales está conformando su identidad profesional, poniendo en valor los conocimientos adquiridos para solventar dificultades, plantear alternativas, construir su capacidad reflexiva en la acción, etc. Dicha tarea es inherente a la labor que desarrolla el/la docente que tutoriza el periodo de prácticas externas, centrándonos en el caso que nos ocupa en la labor tutelar del docente universitario, es decir, la tutorización académica. Aunque siempre teniendo en cuenta que dicha labor tutorial debe ser realizada en estrecha colaboración con el/la docente del centro educativo en el que el/la estudiante realiza sus prácticas y que actúa como tutor/a profesional, unificando criterios de evaluación y elaborando un plan de trabajo común para favorecer la adquisición de competencias en los estudiantes (Morales, 2010; Paredes y Fernández, 2016).
La labor de tutorización tiene que estar caracterizada por “un seguimiento indagativo, reflexivo, constructivo, y crítico, cuya finalidad consiste en provocar la elaboración y la reconstrucción de saberes profesionales” (Sepúlveda, 2005, p. 77). El/la estudiante se encuentra con situaciones complejas e inciertas, con conflictos personales e interpersonales que debe aprender a comprender y resolver. Para ello no está solo, tiene a su lado la ayuda y guía de un/a profesional que a través del diálogo, el cuestionamiento y el establecimiento de relaciones le permite continuar profundizando en los conocimientos adquiridos y en las prácticas vividas, es decir, desarrollar estrategias donde la reflexión permita que el conocimiento práctico se consolide en pensamiento práctico.
Korthagen (2010) plantea una perspectiva práctica de tutorización, un enfoque realista, en la cual el/la docente-tutor/a enfoca al estudiante hacia la formación del pensamiento práctico. El fuerte influjo socializador de la institución educativa hace más relevante trabajar con el/la estudiante modelos y estrategias diferentes, que le lleven a trabajar desde la reflexión en la práctica y para la práctica y analizar, comprender y adecuarse al contexto (Pérez, 1999).
Ante lo expuesto podemos decir que el aprendizaje profesional del docente en formación es un proceso de participación activa, de inmersión en la cultura profesional, relacionándose e interactuando con toda la comunidad educativa (Moussay et Méard, 2010; Tejada, Carvaho y Ruiz, 2017), creando un espacio de reflexión continua, lo cual va a facilitar comprender y mejorar situaciones cotidianas que el/la estudiante llevará a cabo durante sus prácticas.
El foco principal de esta investigación ha sido conocer, comprender y valorar la influencia de la tutorización académica durante el Practicum, para facilitar la práctica como proceso de investigación y provocar la construcción del pensamiento práctico en el/la estudiante. Para ayudar a enfocar el estudio realizado, se han planteado los siguientes objetivos específicos a partir del foco principal:
La facilidad de acceso a los sujetos implicados en la investigación (tanto tutores/as como alumnado) ha facilitado un mayor acercamiento y conocimiento de la realidad investigada, y ha permitido la aproximación a una realidad concreta.
Una labor de investigación que permita comprender las distintas perspectivas de los agentes educativos implicados, reflexionar sobre la tutorización, captar los matices de una labor educativa compleja e integrar los conocimientos adquiridos previamente con las nuevas concepciones que surjan, debe sustentarse desde el punto de vista del paradigma cualitativo o interpretativo, el cual posibilita profundizar en la realidad cambiante en la que se enmarca la asignatura de Practicum.
Dicho paradigma permite estar alerta y reflexionar continuamente sobre el proceso, flexibilizando un diseño enmarcado en la investigación cualitativa que ha posibilitado llevar una revisión permanente de los pasos a seguir y la posibilidad de abrir nuevos caminos de investigación en un futuro.
La investigación que aquí nos ocupa, ha estado enmarcada dentro de las Ciencias Sociales y Educativas, y se ha llevado a cabo a través de un estudio de caso concreto: la tutorización académica en la asignatura de Practicum II del Grado de Pedagogía de la Facultad de Ciencias de la Educación.
Un estudio de caso único y específico, a la vez que complejo, ha permitido estudiar la realidad y comprender cómo afectan los acontecimientos analizados a las personas y a nosotros mismos, y así tener una mayor comprensión de otras situaciones similares, llevando a cabo un estudio instrumentar de caso según la clasificación de Stake (1999).
El universo de estudio ha estado formado por cuatro docentes-tutores/as de la asignatura de Practicum II del Grado de Pedagogía y su alumnado en prácticas. Debido a la singularidad de la asignatura, finalmente se han realizado entrevistas a siete personas: el tutor principal sobre el que se basa la investigación y tres tutores/as que participan en el desarrollo de seminarios colaborativos junto con el sujeto principal de la investigación, y tres alumnas que realizan sus prácticas en distintos centros.
La recogida de información se plantea desde un primer momento a través de la utilización de cuatro instrumentos: la observación no participante, la realización de entrevistas abiertas, el análisis de documentos y el diario de campo de la investigadora.
Durante el proceso de investigación se realizaron observaciones durante las sesiones de los cuatro seminarios llevados a cabo en el segundo cuatrimestre del curso académico, con una duración aproximada de dos horas cada seminario. El objetivo principal de dichas observaciones ha sido recabar información sobre los planteamientos del tutor, conocer cómo enfoca los seminarios, ver y anotar las distintas actividades propuestas para facilitar el análisis, reflexión y cuestionamiento del alumnado.
Las entrevistas abiertas permiten profundizar de manera exhaustiva sobre un tema concreto a través de los pensamientos y sentimientos de la persona entrevistada, a la vez que abre la posibilidad de abordar nuevos temas que puedan surgir (Simons, 2011). Las entrevistas realizadas aunque han partido de un guión previo derivado del foco principal de la investigación, se ha tenido en cuenta que durante las mismas (tal y como ha sucedido) podrían surgir otros temas de interés para la investigación. En total se han realizado ocho entrevistas individuales: dos al tutor objeto de la investigación, una a cada uno de los tutores/as participantes en los seminarios y una a cada una de las estudiantes en prácticas.
Para una mayor profundización en la concepción teórica del caso, el análisis de documentos normativos: modelo marco del Practicum en la formación inicial de los profesionales de la educación y la Guía Docente de dicha asignatura, así como la documentación aportada por los tutores y tutoras al alumnado a través del espacio creado en el Campus Virtual, han permitido describir y enriquecer con mayor precisión el contexto en el que se desarrolla el Practicum.
El diario de la investigadora ha servido para anotar las percepciones sobre lo que se estaba observando, anotar palabras y conceptos claves de las conversaciones informales surgidos durante el desarrollo de los seminarios, tanto con el alumnado como los/as tutores/as.
Una vez recogida toda la información, se ha procedido al análisis y triangulación de datos el cual según Simons (2011, p. 166) es un “proceso cognitivo e intuitivo altamente especializado” que nos permite ordenar la información para poder interpretarla, estructurando dicha información en categorías y en subcategorías que nos ha permitido marcar el hilo de trabajo que ha posibilitado comprender el caso de estudio con todas sus singularidades.
Después de revisar toda la información adquirida, de analizar con precisión las entrevistas realizadas y las observaciones, las categorías principales resultantes han sido: Concepto de Practicum, ¿qué significa tutorizar?, el proceso de tutorización llevado a cabo durante el Practicum y repercusión de las estrategias metodológicas utilizadas para facilitar la práctica como proceso de investigación. Siendo esta última en la cual se ha basado la presente comunicación.
A continuación se presentan los resultados obtenidos en la investigación, relacionados con los propósitos y las cuestiones planteadas en el diseño de la investigación, centrándonos en este trabajo en el tutor académico como facilitador de la práctica como proceso de investigación y las estrategias metodológicas utilizadas para ello y teniendo en cuenta las palabras de Stake (1999) en las que nos describe cómo redactar la mejor historia que describa la situación de una investigación concreta.
Destacamos la preocupación del tutor durante el desarrollo del Practicum por realizar un seguimiento exhaustivo de las tareas que las estudiantes deben llevar a cabo y plantearles cuestiones que ayuden al alumnado a profundizar en la labor práctica que efectúan, la cual se ve reflejada en sus palabras:
"Plantear al alumno cómo realizar un proceso de intervención en el aula, qué tipo de mecanismos, qué tipo de estrategias. En las primeras intervenciones, las alumnas se van con cierta información, pero no con información totalmente relevante, es necesario un proceso de guía continuo" (Entrevista al tutor principal sujeto de la investigación, de aquí en adelante T1).
La función del tutor se caracteriza por ser compleja, como facilitar de la práctica, su acción va encaminada a provocar procesos educativos en el alumnado que le ayuden a comprender la realidad en la que están involucrados y que los inicia en procesos de investigación que le dan la oportunidad de reflexionar, cuestionar y experimentar las hipótesis de trabajo.
Las palabras del tutor nos hacen deducir que tutorizar implica acompañar, asesorar, ayudar al alumnado durante el proceso de formación práctica. Esto hace que el alumnado vea al tutor o tutora como un/a guía para poder comprender mejor las prácticas que están realizando en sus centros.
Schön (1992) mostró la necesidad de formar profesionales que pudieran enfrentarse a situaciones reales, comprendiendo una realidad que exige adaptarse a los contextos. El tutor debe tener en cuenta el entorno educativo en el cual el alumnado realiza sus prácticas para así poder favorecer procesos de reflexión en y sobre la práctica.
"Los entornos educativos son cambiantes, inciertos, provisionales, llenos de diferentes dimensiones, si el alumnado no está formado no puede entender los procesos y subprocesos que acaecen y que le van a servir para construir un perfil acorde con las nuevas competencias demandadas desde los Espacios Europeos de Educación Superior" (Entrevista al tutor, T1).
Deducimos por sus palabras que otro de los aspectos a destacar es la necesidad que ve el tutor de disponer de un conocimiento lo más real posible del contexto en el que su alumnado realiza las prácticas, para ello planifica y organiza con sus estudiantes las visitas a los centros educativos.
"Cuando vino mi tutor a mi centro pude preguntarle algunas dudas que tenía y pude ver lo que yo hacía, me ha ayudado mucho. […] Me hizo ver que las tareas que hago en el centro son importantes y me pueden servir para aprender" (Entrevista a una alumna, A2).
Estas visitas, además de permitir al tutor comprender y observar de primera mano el trabajo realizado por la estudiante, también le permite guiar basándose en el contexto real que ella vive y mostrarle la importancia de las tareas que se llevan a cabo durante las prácticas para que más adelante la alumna pueda profundizar en la práctica vivida.
La tutorización no puede estar descontextualizada de la realidad, debe proporcionar “la guía y el apoyo necesarios para que el aprendizaje y la inserción profesional resulten lo más enriquecedoras posibles” (Zabalza, 2011, p. 34). Para ello es necesario que el docente-tutor/a conozca de primera mano los entornos educativos donde sus estudiantes realizan las prácticas.
El siguiente aspecto resultante de la investigación ha sido ver la necesidad de fomentar la discusión y el análisis en profundidad de las situaciones problemáticas planteadas por el alumnado. Ante la pregunta ¿qué hago?, el tutor trata de ayudar al alumnado con serenidad, escuchando atentamente todos los argumentos, para a continuación comenzar el complejo proceso de tutorización. Es decir, proporcionar claves que ayuden al estudiante a reflexionar sobre lo acontecido, mostrándole literatura en relación al tema, parándose a pensar qué ha sucedido, planteando preguntas que ayuden a reflexionar, guiando hacia la investigación de los hechos, analizando y organizando los pensamientos para poder llegar a comprender la situación, etc., sin tratar de simplemente buscar una solución rápida, sino profundizar en el conocimiento teórico-práctico que el/la estudiante adquiere durante la práctica.
El proceso de tutorización permite al alumnado pararse a pensar en cómo ha sido su práctica, en por qué ha procedido de una manera o de otra y para qué le puede servir en su futuro profesional.
"Contrastar opiniones, el seguimiento de las tareas, lo que hace un alumno y lo que no hace, cómo debiera hacerse, cómo mejorar la práctica que realizó y estar abierto a cualquier creatividad del alumno, que pueda aportar, que pueda arrojar mayor luz al conocimiento del trabajo que desarrolla" (Entrevista al tutor, T1).
Este proceso de tutorización, a la vez que muestra al alumnado la finalidad del Practicum, les hace vivir y observar la realidad que se van encontrar como profesionales de la educación, planteando cuestiones abiertas que dejan un espacio para que el/la estudiante decida, proponga, se equivoque, reconstruya, etc. Y en todo este proceso siempre se sienta acompañado, incrementado la confianza y la autoestima, mejorando la autoreflexión y la capacidad de comprensión de las situaciones educativas que se encuentra (Cid, Pérez y Sarmiento, 2011).
¿Qué estrategias metodológicas ha utilizado el tutor objeto de este trabajo, para guiar en el proceso de aprendizaje y facilitar el proceso de investigación del alumnado? Durante el desarrollo de la investigación se ha podido observar y constatar como la utilización del portafolios y el diario ayuda al tutor a realizar un seguimiento continuo del proceso de aprendizaje del estudiante y de su progreso. A su vez las tutorías individuales, los seminarios y la utilización de las nuevas tecnologías permiten al estudiante estar en contacto con el tutor y plantear sus dudas.
Se ha podido comprobar como las tutorías individuales son el espacio idóneo para crear un ambiente de seguridad donde la estudiante encuentra el apoyo que necesita y el/la tutor/a puede realizar un seguimiento más individualizado del trabajo del estudiante. Este espacio compartido entre el tutor y la estudiante permite plantear cuestiones particulares, que ayuden a elaborar propuestas de intervención autónoma, proporcionar referencias acorde a las necesidades detectadas, guiar en el proceso de investigación iniciado, etc.
"Mi tutor me hace sentir más segura, me aclara dudas, […], me sirve de apoyo, va tirando de mi cuando no sé qué hacer" (Entrevista a una alumna, A·3).
En las declaraciones de la alumna se ve claramente cómo el tutor acompaña al estudiante en su proceso de reflexión sobre la propia práctica, orientando y ayudando a replantearse lo que está haciendo, indagando en las situaciones vividas, es decir, a conseguir averiguar qué, cómo y por qué quiere aprender e investigar sobre su propia práctica con el deseo de una mejora continua.
Propiciar la reflexión en el alumnado, ayudarles a que cuestionen su propia práctica apoyándose en la teoría, que tomen consciencia de sus acciones educativas, que comiencen a dar los pasos necesarios para desarrollarse como profesionales, teniendo en cuenta su propia individualidad. Adaptarse a las necesidades del alumnado es un aspecto fundamental en las tutorías individuales.
"Las estudiantes demandan tutorías individuales, para ellas es importante, me escriben corres solicitándome tutorías en horarios de mañana y tarde, incluso cuando no tengo tutorías y tengo que forzar un poco mi horario, pues debo atender al estudiante" (Entrevista realiza a una tutora, T3).
En este caso juega un papel relevante las nuevas tecnologías, la utilización de programas que permiten la conexión en tiempo real sin la necesidad de estar en el mismo espacio físico, facilita la comunicación entre el tutor y sus estudiantes al proporcionar mayor disponibilidad y accesibilidad.
El desarrollo de seminarios interdisciplinares durante el Practicum es otro aspecto que se ha podido constatar durante la investigación, que permiten inicial al estudiante en la autoreflexión, cuestionar situaciones vividas, conocer otras experiencias, trabajar desde distintas disciplinas, escuchar aportaciones de distintos profesionales, etc.
La participación en dichos seminarios no solo favorece el proceso de aprendizaje del estudiante, también permite al tutor sentirse acompañado.
"Me parece muchísimo más interesante trabajar así. Cuando te contaminas de cosas de tus compañeros y compañeras, y hablas, y discutes, y propones ideas, todo el grupo se enriquece" (Entrevista al tutor, T1).
De sus palabras podemos destacar la importancia del trabajo colaborativo, del enriquecimiento formativo, de conocer diferentes experiencias y propuestas educativas, etc. Dichos seminarios son considerados por el resto de docentes participantes como espacios idóneos de cuestionamiento de sus propias prácticas, lo cual puede hacer pensar que son más colaborativos que interdisciplinares. Aunque esto no resta importancia a la utilización de dicha estrategia metodológica como apoyo para la adquisición de competencias profesionales por parte del alumnado y a provocar una cultura colaborativa y crear una comunidad profesional que sirva como ejemplo de buenas prácticas educativas.
¿Qué repercusión se ha visto en el alumnado de la utilización de dichos seminarios? Además de aportar perspectivas de otras áreas de conocimiento y especialización, permiten a los/as estudiantes interactuar con sus compañeros/as y contrastar opiniones, vencer el miedo a equivocarse o la timidez de hablar en público, etc. Es decir, ayudar al estudiante a afrontar situaciones distintas y facilitar una visión global de las prácticas.
Otras de las estrategias metodológicas utilizadas por el tutor para la profundización en el aprendizaje individual ha sido el portafolio, herramienta fundamental de evaluación y aprendizaje. Esta herramienta permite al estudiante organizar su trabajo durante el desarrollo del Practicum, al mismo tiempo que muestra al tutor cómo orientar en el proceso educativo del estudiante en función del desarrollo que se vaya produciendo.
Esta herramienta incluye un diario personal del estudiante, donde este plasma su análisis de la información recabada durante el periodo de prácticas, así como las reflexiones personales de todo lo observado, y sirve de guía para la realización del portafolio.
Durante la investigación se ha podido observar como la utilización del diario es, a veces, un documento descriptivo de las tareas realizadas durante el Practicum, sin llegar a analizar, cuestionar y profundizar en por qué dichas tareas son relevantes para su aprendizaje.
"Cuando un alumno me enseña su diario puedo ver el proceso que está siguiendo y plantearle cuestiones para que reflexione en sus prácticas y que sean más relevantes". (Entrevista al tutor, T1)
Sin embargo, el/la tutor debe orienta al estudiante hacia la utilización del diario como un instrumento de recogida sistemática de información, impresiones sobre sus observaciones, reflexiones sobre la experiencia vivida, etc. Es decir, la utilización del diario por parte el tutor para orientar el proceso de aprendizaje del estudiante a través de la retroalimentación, que a su vez permite a este último utilizar toda la información recogida para ayudar en la construcción de su portafolio donde muestren sus aprendizajes reflexivos, experiencias, etc., y vaya viendo su proceso de construcción de su propia identidad profesional.
La utilización del portafolio permite al tutor orientar y evaluar el proceso seguido por el estudiante durante el periodo de prácticas, mostrando ejemplos al estudiante que sirvan para la construcción de su aprendizaje.
El desarrollo de la investigación ha permitido constatar que la función principal del tutor académico es acompañar, asesorar, orientar y ayudar al estudiante durante su formación práctica, llevando a cabo una tutorización flexible y utilizando diferentes estrategias metodológicas.
A la vez que ha proporcionado una visión del Practicum como un espacio que permite al estudiante crecer como persona y profesional siempre ayudado y guiado por sus tutores/as, enfrentarse a situaciones únicas, aprender haciendo y ver como las situaciones son cambiantes lo que le lleva a ser flexibles en sus actuaciones.
La tutorización académica sustentada en un concepto de Practicum como espacio de formación del pensamiento práctico del alumnado fomenta la construcción del conocimiento profesional, en la que el/la estudiante debe ir de la teoría la práctica y de la práctica a la teoría, lleva a plantear una tutorización práctica hacia el alumnado. Esto implica realizar una escucha activa de las preocupaciones e intereses del estudiante, promover el cuestionamiento, plantear interrogantes para que el alumnado investigue en su contexto, analizar la información recogida y relacionarla con las teorías aprendidas. Un espacio en el cual el alumnado aprende a reelaborar sus conocimientos prácticos para posteriormente desarrollar actividades o propuestas de intervención que podrá analizar y compartir.
La utilización de herramientas metodológicas como las tutorías individuales, los seminarios y el portafolio sirven al tutor/a ser un guía para el/la estudiante, un acompañante que provoque la reflexión, que enseñe a cuestionarse y ayude al estudiante a enfrentarse con un futuro profesional educativo en contaste cambio.
La necesidad de continuar trabajando en la construcción del pensamiento práctico del estudiante, utilizando las situaciones prácticas como elementos de reflexión y cuestionándose cada uno de los pasos que se dan durante las prácticas, hace necesario la creación de espacios y tiempos desde los cuales tanto tutores/as como alumnado puedan comprender la importancia del trabajo que se realiza durante el Practicum.
Al profundizar en una materia que abre las puertas a los/as estudiantes a una realidad educativa y a una formación que le permite intervenir e interpretar dicha realidad, podemos decir que el Practicum es un espacio de formación de profesionales reflexivos que ayuda a la construcción del pensamiento práctico a través de la inmersión del alumnado en la realidad educativa, todo ello guiado por la labor de tutorización a través de la reflexión, indagación y cuestionamiento.
Por último, es necesario plantear cuestiones que podrán servir de análisis para futuras investigaciones, tales como:
Bretones, A. (2013). El Prácticum de Magisterio en Educación Primaria: una mirada retrospectiva. Revista Complutense de Educación, Vol. 24, Núm. 2, 443-471.
Cid, A., Pérez, A. y Sarmiento, J.A. (2011). La tutoría en el Prácticum. Revisión de la literatura. Revista de Educación, 354, 127-154.
España. Real Decreto 592/2014, de 11 de julio, por el que se regulan las prácticas académicas externas de los estudiantes universitarios. Boletín Oficial del Estado, 30 de julio de 2014, núm. 184, pp. 60502-60511.
Kane, R.G. y Francis, A. (2013). Preparing teachers for professional learning: is there a future for teacher education in new teacher induction? Teacher Development, 17:3, 362-379. Recuperado de https://www.researchgate.net/publication/263691453.
Korthagen, F. (2010). La práctica, la teoría y la persona en la formación del profesorado. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 68 (24,2), pp. 83-101.
Martínez, M.E. y Raposo, M. (2011). Modelo tutorial implícito en el Prácticum: una aproximación desde la óptica de los tutores, REDU ‐ Revista de Docencia Universitaria, Número monográfico dedicado al Prácticum y las prácticas en empresas, Vol. 9 (2), 97‐ 118, publicado en http://redaberta.usc.es/redu
Mayoral, P. y Castelló, M. (2015). Profesorado novel y feedback del tutor. Un estudio de casos. Profesorado, revista de currículum y formación del profesorado, Vol. 19, Nº 1, 346-362.
Morales, A.B. (2010). La acción tutorial en Educación. Hekademos. Revista Educativa Digital, Vol. 3, Nº 7, 95-114. Recuperado de http://www.hekademos.com/.
Moussay, S. et Méard, J. (2010). A quoi sert le tutorat dans la formation des enseignants? “Le” ou “les” tutorts?. Cizeron, M. et Gal-Petitfaux, N. Analyse de pratiques: expérience et gestes professionnels. Presses Universitaires Blaise Pascal, pp. 111-120.
Paredes-Labra, J. y Fernández-Prieto, M.S. (2016). El Prácticum de Maestro en las voces de sus tutores. Balance del plan 2010 en la UAM. Revista Complutense de Educación, Vol. 27, Nº. 1, 161-178.
Pascual, I. y Núñez, M.C. (2012). La colaboración de los tutores de centros en la evaluación de competencias en el prácticum. Revista Española de Orientación y Psicopedagogía, Vol. 23, Nº 3, 121-133.
Pérez, Á. (1999). El Prácticum de enseñanza y la socialización profesional de los futuros docentes. En Angulo, F., Barquín, J., Pérez, A. (eds.). Desarrollo profesional del docente: política, investigación y práctica. Madrid: Akal, 636-660.
Schön, A. (1992). La formación de profesionales reflexivos. Hacia un nuevo diseño de la enseñanza y el aprendizaje en las profesiones. Madrid: Paidós.
Sepúlveda, M.P. (2005). Las prácticas de enseñanza en el proceso de construcción del conocimiento profesional. Educar 36, 71-93.
Simons, H. (2011). El estudio de caso: Teoría y práctica. Madrid: Morata.
Stake, R.E. (1999). Investigación con estudio de casos. Madrid: Morata.
Tejada-Fernández, J., Carvalho-Dias, M.L. y Ruiz-Bueno, C. (2017). El Prácticum en la formación de maestros: percepciones de los protagonistas. Revista internacional de investigación en Educación, 9 (19), 91-114.
Zabalza, M.A. (2011). El Prácticum en la formación universitaria: estado de la cuestión. Revista de Educación, 354, 21-43.