La praxis cósmica de los comunicadores organizacionales exige de las instituciones de educación superior, programas de comunicación social que formen profesionales capaces de intervenir formal y laboralmente en la vida pública y ciudadana de su país. Demanda que implica imperiosamente el aseguramiento de proyectar y trascender a través de las fronteras de un mundo cada vez más globalizado y de continuos cambios, donde los comunicadores corporativos estén presentes, cercanos y prontos para responder a la diversidad de prácticas laborales que se les demande.

Las instituciones de educación superior y particularmente las facultades de comunicación en América Latina, tienen como principio fundamental que la formación profesional que han de recibir los estudiantes de sus programas educativos, tengan como soporte, unidades de aprendizaje con los contenidos esenciales para favorecer los conocimientos, las habilidades y las aptitudes pertinentes según los objetivos trazados en la malla curricular; donde la finalidad no es otra, sino formar profesionales capaces de analizar, interpretar, diagnosticar, gestionar, planificar y ejecutar acciones de comunicación con las destrezas suficientes para los diferentes escenarios institucionales en el que se desempeñarán una vez que se incorporen al mercado de trabajo.

La incorporación que demandan los egresados de comunicación ante las distintas oportunidades laborales, y la utilización oportuna de los nuevos saberes en favor de una calidad de vida saludable para todos los miembros de las organizaciones e instituciones sociales, compromete a las universidades y en particular a las facultades de comunicación, a vincular convenientemente sus programas educativos con los  diversos sectores productivos; por ende, los obliga a organizar los aprendizajes de tal forma que trasciendan con eficiencia una vez llegado el tiempo del alistamiento de sus egresados al campo laboral, y el practicum profesional se torna de una experiencia académica, en un el ejercicio de relación y vinculación institucional, que favorece al proceso de introducción profesional de los egresados de su ambiente educativo a los espacios de trabajo.

Ante los constantes cuestionamientos sobre “¿qué debe saber, o saber hacer?” un profesional de la comunicación en los ámbitos organizacionales e institucionales; en tanto que mayormente, las prácticas profesionales de la comunicación sueles ser muy polifacéticas y varían notablemente de un contexto a otro. Las instituciones educativas formativas en aéreas de la comunicología, no siempre responden con facilidad a tales interrogantes, y con frecuencia responden con un diseños de estructuras curriculares cuyas competenciales consideran que son las adecuadas conforme la percepción de un contexto más o menos actualizado en acontecimientos próximos; seleccionan para ello, competencias básicas y transversales que puedan responder a una buena parte de las actuaciones profesionales posibles, o bien establecen un mapa de competencias en el que existen opciones y alternativas diversas en que dejan al libre albedrío a los alumnos para que decidan qué tipo de orientación y especialización prefieren en su formación profesional.

De ahí que la formación profesional del comunicador organizacional en un cosmos cada vez más globalizado, presente un acercamiento comparativo del nombre de las unidades de aprendizaje en las mallas curriculares de los programas de estudio de algunas universidades de América Latina, a fin de lograr una mirada y por qué no, un acercamiento a los contenidos de las distintas denominaciones que forman al profesional del comunicación que ha de desempeñarse en la diversidad de espacios organizacionales en esta geografía.

El trabajo es un estudio de carácter documental exploratorio que tuvo como objetivo buscar informaciones en las páginas web institucionales de algunas universidades de Latinoamérica en cuya oferta educativa están presentes los programas docentes en Ciencias de la comunicación, a fin de identificar los contenidos temáticos que que tributan tanto al practicum como a la praxis de los comunicadores organizacionales.que han de incorporarse en un universo laboral e institucional cada vez más globalizado.

Para ello, fueron exploradas 18 mallas curriculares de universidades que ofertan el programa en Ciencias de la Comunicación, todos ellos accesibles y en formato online. Las universidades, más que seleccionadas, fueron encontradas disponibles por la naturaleza de la exploración, en su disponibilidad se procuró que existiera una representatividad de los programas educativos en comunicación de la región, específicamente de comunicación organizacional.

Inicialmente se tuvo acceso a 24 programas educativos para llevar a cabo la exploración, pero a medida que se avanzó en la lectura de ellos, hubo que descartar aquellos que no reflejaban en su estructura temática, contenidos que no abonan al capital en la formación profesional de Dircom. Al final fueron dispuestos 18 los mapas curriculares que respondieran a nuestro objeto de estudio, que permitieron organizar una base de datos de Excel.

Una vez localizado y seleccionado lo que a decir de Campus (2004), puede considerarse el material flotante o corpus informativo que nos brindaron las lecturas de las mallas curriculares, con el fin de captar y organizar los hallazgos que nos parecieron relevantes de forma no estructurados para la fase del análisis, se realizaron las lecturas correspondientes. En una primera lectura se tuvo contacto con los documentos a examinar, se conoció el contexto (Escuchando Nuestras Voces…,2018) y se convino la sistematización de las informaciones.

De los contenidos referentes al proceso formativo del comunicador organizacional que fueron analizados, se emprendieron algunas lecturas, de inicio sin objetivo que comprometiera un modelo de sistematización en particular, más bien tratando de capturar como en una imagen de forma global de las distintas denominaciones que para un mismo fin ofrecen los planes de estudio. Así, nuestro material flotante o corpus informativo fue organizado y presentado primeramente; por el nombre de las unidades de aprendizaje; por los tópicos según el área que aborda; y, por las disciplinas que inciden de forma transversal a la comunicación y por ende a la comunicación organizacional.

A decir de López Ruiz (2011), el carácter del currículum del nivel superior es complejo y multidimensional, lo que impide aproximarse a su definición o análisis desde un solo punto de vista en particular. En tanto que la evaluación, diseño y planeación del currículum de los programas de comunicación, al igual que el conjunto de programas de estudio tanto de grado como de posgrado, constituyen los mayores retos en las ofertas de educación superior para los centros de estudio universitario. El desafío es grande, sobre todo cuando se tiene en claro que la formación de profesionales capaces de desempeñarse en forma inteligente para atender y resolver la problemática social, depende mucho de un buen esquema en los planes de estudios.

Al ser el currículum un conjunto de conocimientos disciplinarios en que se materializa un plan de estudios y que a manera de síntesis refleja un grafico conocido como malla, mapa o estructura curricular; en el que se definen las competencia de aprendizaje, las actividades a realizar, se formulan las metas, se describe la organización de los contenidos en las unidades de aprendizaje, se aseguran las teorías, las metodologías y las prácticas para el aprendizaje basado en problemas reales y sobre todo, se afirma el perfil de egreso profesional. Egreso profesional que en su trayectoria formativa, ha debido asegurar teoría y práctica como binomio substancial de todo programa de estudios; que como bien señala Braga (2007), la teoría y la práctica, no son independientes uno de otro, ambos son un modo de conocimiento y ambos son un modo de hacer. Y que difícilmente se pueda conocer - o hacer - aisladamente, a través de un solo proceso[1].

De tal forma que tanto la teoría como la práctica de los comunicadores organizacionales, como la de otros profesionales; se encuentran definidos mediante un currículum educativo de nivel superior que guía y asegura a los estudiantes en comunicación tanto en el tránsito temporal de su formación profesional, como en su transición al mercado laboral y “quizás” de forma muy particular y directa al campo de la comunicación organizacional; beneficio de haber ejercido las practicas académicas y profesionales como resultado del binomio que subyace en la teorías tanto de la comunicación social, como de la comunicación organizacional.

Si bien es cierto que la comunicación organizacional por reconocimiento práctico y profesional, es joven aún; la teoría y el desarrollo de la misma, lo es más todavía. En algunos países de América Latina como en México, la comunicación en las organizaciones surgió primero en la práctica y después en la educación formal. Aun cuando “el estudio de la comunicación en el ámbito universitario data de 1960, es a finales de esta década que surgen los estudios especializados en comunicación organizacional en forma de seminarios profesionales; pero es la década de los setenta, que iniciaron las primeras aportaciones al campo de conocimiento orientadas fuertemente a las estrategias y tácticas en su mayoría dirigidas a la comunicación interna, o bien a la construcción de la relaciones hacia exterior por medio de las relaciones publicas” (Arévalo y Guillen, 2017).

Valle (2003) da cuenta que en 1978 la comisión Mc. Bride rinde informe a la UNESCO sobre las nuevas tendencias de la comunicación. Allí se indica que la comunicación organizacional es una nueva especialidad en la que se están desempeñando estos profesionales. A partir de este momento, algunas de las universidades latinoamericanas incluyeron la comunicación organizacional como énfasis en sus programas de comunicación.

Colombia es un buen ejemplo de esa inclusión, en tanto es una de las naciones que ha promovido fuertemente la oferta educativa en torno a la comunicación organizacional; un importante número de sus programas educativos de grado y posgrado en gran parte de su geografía de las diversas universidades, han impulsado cada día el crecimiento y la profesionalización de ejecutivos de organizaciones y consultores de diversos sectores de la sociedad, así como de los mismos profesores universitarios; denotando con ello, que la actividad del profesional de la comunicación organizacional ha estado en aumento y que cada vez son más las organizaciones públicas y privadas que requieren un profesional de éstas características (Valle, 2003).

Es a principios de este siglo (2003), que el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL), en aras de favorecer a la construcción de un pensamiento comunicacional latinoamericano, promueve un espacio para el intercambio tanto de conocimientos y experiencias en torno al quehacer del Director de Comunicación en las organizaciones, como de las diferentes tendencias teóricas que existen sobre este tema; espacio que  a decir de Valle (2003), puso en la agenda pública y de las universidades el tema de la comunicación organizacional para que fuese vista como una  opción  tanto  para empresarios como comunicadores sociales(Buenaventura 2007).

Las acciones en favor de la profesionalización de la comunicación organizacional en Latinoamérica, sin duda han sido punta de lanza para que las instituciones tomen la iniciativa para realizar cambios pertinentes en su cultura laboral, precisando con ello una mayor claridad y certidumbre de sus particularidades que las distingue de otras organizaciones en un mundo cada vez más globalizado; de igual forma se han definido no solo su misión y visión empresarial, también han fortalecido los compromisos sociales con sus públicos internos y externos, y dar con ello mejor respuesta alas necesidades y demandas de los mercados laborales de la región en particular.

Grandes beneficios y sin lugar a duda hay mucho por hacer en torno a la comunicación organizacional, cabe señalar que un alto porcentaje las empresas iberoamericanas se han abierto al quehacer de la comunicación en su institución. Un porcentaje de empresarios de diversas inversiones han entendido y puesto en marcha la comunicación dialógica con sus trabajadores, es decir, han reconocido en ello el potencial que el recurso humano de su entidad tiene para lograr el bienestar corporativo.

Los Dircom en América Latina, son algunas de las figuras que han impulsado el desarrollo tanto en los centros universitarios como a las organizaciones profesionales para procurar desde las academias, la formación y actualización de comunicadores organizacionales más competentes para ejercer laboralmente en las diversas sociedades a las que hoy día tienen acceso, disponiéndose al crecimiento, expansión e impacto de las redes sociales en favor del desarrollo institucional.

La Red Virtual de Comunicadores Organizacionales de Iberoamérica desde su conformación y fiel a su objetivo de origen de vincular los avances en comunicación organizacional, comparte desde hace diez años, la socialización entre los comunicadores, sus experiencias profesionales, sus investigaciones y sus prácticas docentes mediantes distintos espacios virtuales; ejemplo vivo de ello, es el Diplomado Internacional Virtual en Dirección de Comunicación Organizacional edición 2019, en el que congrega a grandes especialistas, profesionales y profesores de todo Latinoamérica.

Orjuela (2019) desde su vasta y geográfica experiencia explica que cada país lleva un ritmo diferente en el entendimiento de la importancia de la comunicación, así como en la forma de definirla: Comunicación Organizacional, Comunicación Corporativa, Comunicación Estratégica, Comunicación Empresarial, Relaciones Publicas, por mencionar algunas, utilizadas como sinónimos y sin una conceptualización clara de cada denominación.

La formación eficiente y competitiva de los Dircom resulta inevitable para incursionar en un universo institucional cada vez más complejo por los repentinos cambios y las inesperadas crisis que constituyen la constante en la incertidumbre; mundo laboral, que reclama de los profesionales de comunicación corporativa su capacidad para analizar, interpretar, diagnosticar, gestionar, planificar y ejecutar acciones comunicativas con las destrezas suficientes para favorecer las respuesta a los diferentes escenarios institucionales en el que se desempeñarán una vez que se incorporen a las actividades de trabajo.

El desafío implica que el profesional de comunicación institucional del presente y al margen de la denominación corporativa que mejor responda a su entorno laboral, debe ser un estratega e investigador, con amplio entendimiento y conocimiento tanto en medios de comunicación como en comunicación en las organizaciones; además, ha de procurar el apoyo de otras áreas de conocimiento como la Sociología, Antropología, Psicología, Economía, Estadística, Gerencia, Administración, entre otras (como la mercadotecnia, publicidad y diseño), que le permitan un entendimiento de la realidad empresarial desde diversos frentes, así como, su incidencia en la Comunicación Organizacional y Estratégica (Orjuela, 2019).

[1]Interpretación personal del texto original... -a teoria como um modo de conhecimento, a prática como um modo de fazer. Penso, diferentemente, que ambos são modos de conhecimento; e ambos são modos de fazer. E que dificilmente se possa conhecer – ou fazer – isoladamente, através de um só processo.

 De la formación y praxis de profesional del comunicador organizacional en América Latina

De acuerdo con Zabalza (2013), el practicum constituye una parte importante en la formación de las carreras profesionales, y se requiere de procesos de planificación y seguimiento específicos, al igual que el resto de los componentes curriculares. Bajo esa premisa, es que grupos de académicos e investigadores conformados por algunas, o varias universidades latinoamericanas se han dispuesto para abordar conjuntamente los estudios de la Comunicación Estratégica; que como tal, se presenta bajo distintas denominaciones según el contexto sociocultural en que pone de manifiesto la práctica profesional y el practicum del comunicador social.

Así, la Asociación Mexicana de Investigadores y Profesionales de Comunicación Organizacional(AMIPCO) de México, suscita espacios académicos para promover coyunturas que posibiliten el estudio y análisis de las distintas realidades de la región y cuyos logros hasta hoy perecen ser significativos, muestra de ello, es la construcción de Manifiesto 2018, que hace visible el deseo de generar planteamientos y soluciones propios al campo organizacional desde: a) los aportes teóricos latinoamericanos en comunicación organizacional; (b) la investigación de campo en comunicación organizacional; (c) las particularidades del entorno organizacional latinoamericano y (d) las varias denominaciones de la comunicación organizacional (Manifiesto, Escuchando Nuestras Voces: Perspectivas Latinoamericanas en Comunicación Organizacional, 2018).

EL aporte de estos resultados pretenden ser de alguna manera, un referente en cuya información multiplicadora sirva de orientación, a quienes tienen como responsabilidad la coordinación o dirección de los programas educativos en Ciencias de Comunicación o bien de aquellos programas afines, en donde el imperativo sea la formación profesional del comunicador organizacional que ha ingresar mediante el practicum a un campo laboral cada vez más globalizado; en tanto consideramos de vital importancia tomar nota, no solo de las distintas denominaciones que actualmente están presentes en la práctica profesional; y que a decir de Sadi y Orjuela (2018), las denominaciones que más se están utilizando en América Latina son: Comunicación Organizacional, Comunicación Corporativa, Comunicación Empresarial, Relaciones Públicas, Comunicación Estratégica, Comunicación Institucional y Asuntos Públicos.

De igual forma resulta vital explorar, las diferencias conceptuales y las rutas metodológicas en la aplicación que los diversos procesos formativos de los comunicadores, así como, el vasto grupo de contenidos temáticos descritos en las mallas curriculares de cada programa de estudio en el que nos hemos inmerso para dar cuenta de ello en este proyecto.

De las estructuras curriculares y de sus contenidos temáticos de planes y programas de estudio de países como México, Costa Rica, Argentina, Colombia , Bolivia, Venezuela, Perú, El salvador, Brasil, Cuba y República Dominicana. Podemos dar cuenta que del practicum surge un acercamiento entre las distintas denominaciones del ejercicio profesional: Comunicación Corporativa, Comunicación Estratégica, Comunicación de Crisis, Comunicación Intercultural, Comunicación Directiva, Comunicación y Participación Ciudadana, Comunicación Organizacional y Medios, Comunicación Responsabilidad Social Empresarial y Sostenibilidad, Comunicación en Organizaciones Públicas y Privadas y Relaciones Públicas.

Otras prácticas que de igual perfil, conforman las estructuras de los contenidos son: Análisis de los Flujos de Comunicación, Auditoria de la Comunicación Organizacional, Comportamiento Organizacional, Consultoría Organizacional, Cultura Organizacional, Cultura y Globalización, Gestión y Desarrollo Organizacional, Identidad e Imagen Institucional, Liderazgo y Negociación Corporativos, Opinión Publica, Planeación y Programación de Proyectos Institucionales, Resolución de Conflictos e Innovación y transformación Institucional. Alineación de tópicos que se visualizan debidamente afianzadas por la actitud emprendedora del practicum y de las habilidades directivas descritas en los planes de estudio y en algunos casos, retomadas y colocadas en el mapa curricular.

Así, de los contenidos disciplinares que conforman los mapas curriculares se puede decir que además de la esencia comunicacional, fortalecen y acompañan a los planes de estudio y particularmente a la comunicación organizacional. Es fortalecida por la Administración, la Antropología, la Estadística, la Economía, la Historia, la Mercadotecnia, la Metodología de Investigación, la Psicología, la Publicidad, las Relaciones Publicas y la Sociología; la acompañan aéreas como, la Propaganda, la Lingüística, la Semiótica y Semántica, la Redacción de Textos Periodísticos, la Comunicación Oral y la Comunicación no Verbal.

Por México fueron consideradas: la Universidad Autónoma de Baja California, la Universidad Autónoma de Aguascalientes, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Popular Autónoma de Puebla, la Universidad Anáhuac y la Universidad Iberoamericana; por la parte geográfica de América Latina, fueron consideradas para el caso: el Centro de Investigación en Comunicación de la Universidad de Costa Rica, la Universidad de Belgrado de Buenos Aires, la Universidad Pontificia Javeriana de Colombia, Universidad APEC y Universidad Ean, la Universidad de Santa Cruz de La Sierra de Bolivia, la Universidad Monte Ávila de Venezuela, la Universidad Cesar Vallejo de Perú, la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas Del Salvador, la Universidad de Brasilia de Brasil; y por el Caribe, la Universidad de la Habana, Cuba,  y la Universidad APECR de República Dominicana.

Instituciones que como anteriormente se dijo, se localizaron y extrajeron directamente de las plataformas oficiales, de los menos se obtuvo de forma directa mediante un proceso de relación frecuente con los responsables del programa en Ciencias de la Comunicación.

La diversidad de referente temáticos encontrados y aquí descritos conceden un acercamiento a un contexto globalizado, que a decir de algunos centros universitarios de Latinoamérica tienen como punto de partida la formación de profesionistas competentes que atiendan y resuelvan las diversas problemáticas de las organizaciones derivadas de la ausencia adecuada de los proceso comunicativos.

 La constante en los retos universitarios está en la implementación estratégica de programas de estudios de desarrollo curricular actualizados y renovados en función del aseguramiento para que sus egresados respondan mediante la praxis a las exigencias que de ellos demandan los distintos espacios laborales de la región.

 En plena fase de expansión global donde la redes sociales prevalecen en el mundo cibernauta, las organizaciones e instituciones sociales de las distintas latitudes de Latinoamérica, se afanan por lograr exitosos procesos de integración como parte de la comunidad virtual de un  cosmos que si bien tienen cierta distancia con los menos acontecimientos, tiene para ellos la oferta para acceder a los grandes sucesos con solo contar con la posibilidad de la Internet y con ello a todas sus posibilidades de uso y beneficio.

 Por ello es que actualmente los países latinoamericanos están mostrando un gran interés y una gran apuesta por la comunicación institucional en todas sus modalidades de acción e intervención corporativa, como una de las principales herramientas que les permitan fortalecer el compromiso con la diversidad de públicos internos y externos; locales, regionales, nacionales e internacionales, según requieran las organizaciones.

 Teniendo como referente esa mirada colectiva en un mundo cada día mas globalizado, las instituciones educativas formadoras de comunicadores sociales en América Latina, coinciden en que sus propuestas formativas deben considerarse como la primera opción, cercana y directa para integrar a las corporaciones a un universo cada vez más universal.

 Impulsar y gestionar el talento de los comunicadores sociales conforme la oferta y demanda educativa en cuyo ejercicio profesional responda al practicum organizacional esperado en el mundo de titanes institucionales de Latinoamérica; hoy día, constituye uno de los más grandes desafíos para las universidades de los países que conforman esta geografía, y de forma particularizada al tema que esta propuesta corresponde, los programas educativos de comunicación han de procurar una actualización constante, contextual seria y responsable que responda con profesionalismo por sobre todo a las exigencias del mundo cada vez mas cambiante.

 Por tanto el practicum y la praxis en el campo de la comunicación han de evolucionar conforme  las transformaciones y búsquedas de un director de comunicación corporativa en cuyas fortalezas formativas tengan como respaldo las teorías de la comunicación, las técnicas metodológicas, las tecnologías, los idiomas, las redes sociales, y los conocimientos del mundo y de las sociedades; en donde el comunicador institucional conserve una perspectiva de la complejidad de la globalización y sea capaz de promoverse así mismo en los planos social, político, cultural y económico de América Latina.

 Considerando que en la actualidad, la competitividad es uno de los motores del progreso y avance en la mejora continua para las naciones, en un mundo siempre competitivo en todas sus relaciones y negociaciones comerciales; el reto no menos importante es, contabilizar en su haber y tener empresarial, el practicum de un estratega de comunicación organizacional conocedor y visionario del mundo global, cuya capacidad sepa encaminar a la corporación hacia el logro de una imagen institucional más precisa de la competitividad. Actividad competitiva que a decir de (Asensio, 2009 en Velázquez, 2012) se relaciona fuertemente con la comunicación organizacional que tiene en su haber una empresa y su capacidad de vincularse con otros sectores en un panorama amplio para responder las demandas del mercado laboral; así como, la oferta de insumos y bienes necesarios para la producción internacional en donde necesariamente interviene la comunicación.

 Visión estratégica que junto a las empresas, las instituciones universitarias y en particular los programas educativos de comunicación social deben asegurar que los egresados una vez  incorporados al practicum profesional, estén alienados con las demandas y exigencias que requieren las corporaciones para ser más competitivas; en tanto dicha competitividad hoy por hoy, se caracteriza por la habilidad para explorar y explotar las negociaciones de activos intangibles.

En tanto a la exploración de los diferentes programas educativos antes mencionados, ninguno resulta contrapuesto en relación al otro, más bien dialogan entre si, en el ánimo de integrarse al contexto regional latinoamericano con las mejores intenciones de responder a una dinámica sociocultural, donde las fronteras no son un obstáculo de impida su vinculación de apoyo formativo, más bien constituyen un apoyo al desarrollo del nuevos conocimientos que tributan en la formación profesional y en el practicum en todas sus manifestaciones, de comunicador corporativo, comunicador institucional, relacionistas público, comunicador social, comunicador organizacional, o cualquier otra denominación que implique el desarrollo de los profesionales de la comunicación en la región.

En suma, que en la formación profesional del comunicador organizacional que ha de formar parte de un campo laboral cada vez más globalizado; los centros universitarios fieles a sus principios, han de asegurar la emisión de un profesional, competente, preparado, capacitado y actualizado para afrontar y solventar las reclamaciones a su quehacer comunicológico dentro y fuera de la corporación que tenga como entidad al universo institucional que cada vez más globalizado.

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