Es incuestionable la validez de las prácticas externas como una de las mejores vías de desarrollo no solo de las competencias específicas del ámbito en el que se han materializado esas prácticas sino también de las competencias genéricas que, directa o indirectamente, pueden ser determinantes en el proceso de formación como paso previo a la incorporación al mercado laboral (Zabalza, 2011).

Sin embargo, tal y como indicaba Zabalza, en su conferencia en el Symposium sobre el Practicum y las prácticas externas de 2015, las prácticas en empresas precisan de un claro esfuerzo por traspasar claras líneas de mejora. Entre ellas, destacó la importancia de que se presenten como un discurso pedagógico, ya que la predominancia del discurso profesional no hace sino dejar en un segundo plano su papel formativo. Además, destacó también la necesidad de romper el paradigma dicotómico que diferencia en la formación, los momentos teóricos de los momentos prácticos. Este experto subrayó la importancia de que el periodo de prácticas debe ser un momento de aprendizajes prácticos, pero también teóricos, donde los estudiantes precisan seguir estudiando cosas vinculadas a lo que ven y/o hacen durante las prácticas.

En respuesta a su reflexión, en la Facultad de Fisioterapia de Pontevedra de la Universidade de Vigo en la que se realiza la titulación de grado en fisioterapia se ha emprendido una iniciativa de innovación docente que permite realizar una cierta práctica profesional basada en el modelo de prácticas extracurriculares y voluntariado de la universidad, mediante una perspectiva puramente académica.

La iniciativa se denomina Unidades de Fisioterapia y nace con el objetivo de realizar una colaboración con el entorno en el que está situada la Facultad. Dicha Facultad tiene dentro de sus objetivos colaborar con entidades públicas y privadas en eventos en los que sea necesaria la prestación de servicios de fisioterapia, a través de la Oficina de Voluntariado de la Universidad de Vigo, tanto para promocionar la asistencia de fisioterapia como la propia Facultad y su alumnado.

Mediante las unidades, la facultad como institución realiza acciones de transferencia del conocimiento, llevando a cabo labores de transmisión de las capacidades y resultados de I+D+i de la universidad al entorno socioeconómico y, además, realiza labores de promoción de la titulación y de la profesión. Sin embargo, su misión fundamental es aportar un medio factible en el que poder presentar al alumnado casos clínicos reales durante los períodos de formación educativa con un claro perfil académico, no tanto profesional. La actividad realizada por las unidades la lleva a cabo el alumnado de la facultad, especialmente de tercer y cuarto curso, bajo la supervisión de un docente del área de fisioterapia o un egresado que haya participado en las unidades durante sus estudios, en calidad de coordinador de las mismas.

Operando a través de las unidades se permite a la facultad crear un ambiente de prácticum en un entorno externo a la propia universidad, pero supervisado por docentes que supondrían el papel de los tutores de prácticas, en un entorno menos formal que las prácticas curriculares, debido a que se enmarca en un programa de voluntariado que complementa su formación, pero que no está sometido a evaluación directa que afecte a su rendimiento académico. Las únicas medidas establecidas para favorecer el buen aprovechamiento académico de las mismas, son la recomendación de realización de un informe a modo de resumen de los casos más relevantes vistos en la unidad y existe la particularidad de hacer llegar al alumnado participante, una entrevista escrita u oral que realiza el responsable de prensa del campus de Pontevedra, cuyas respuestas utiliza para publicar una noticia en el diario de la universidad (DUVI).

Las unidades de Fisioterapia son una herramienta útil para la presentación de casos clínicos reales. Los casos presentados durante su desarrollo intentan responder a los criterios típicos del método de casos que se presentan en el aula, pero con la particularidad de desarrollarse situados en los lugares reales en los que se desarrollan los eventos con los que se colabora.

Su metodología está fundamentada en las reflexiones de Fuentes-Abeledo (2015), quien indica que se debe de fomentar el aprendizaje profundo y reflexivo. En este sentido, una de las metodologías más utilizadas es la enseñanza por medio de casos, ya que trabajar a partir de propuestas basadas casos, suele implicar un alto grado de satisfacción por parte del alumnado, percibiendo los estudiantes este tipo de experiencias como verdaderamente útiles en su formación (Gil e Ibáñez, 2013). Los resultados del uso del método de casos están siendo realmente alentadores puesto que, tanto la experiencia de otros, como la que se recoge en los episodios que el propio alumnado selecciona de sus vivencias prácticas, resulta del máximo interés para propiciar su aprendizaje de la profesión intentando desarrollar un aprendizaje más integrado y contextualizado (Fuentes-Abeledo, González-Sanmamed, Muñoz-Carril y Veiga-Río, 2011).

Esta metodología basada en el formato de prácticas extracurriculares que cuenta con la particularidad de ser una actividad académica de voluntariado (en la que el estudiante no está sometido a examen, sino que la verdadera evaluación, va a ser la aplicación de su trabajo en un caso real), hace que el estudiante sienta la necesidad de llevarlo a cabo de la mejor forma posible, esforzándose al máximo.

Este contexto de auto-evaluación de sus propias competencias profesionales in situ, nos ha llevado a reflexionar en profundidad que una de las mejores formas de evaluar dicha experiencia educativa sería analizar la percepción del propio estudiante de su experiencia académica a través de las unidades.

La calidad en la docencia es un asunto de amplio interés en la actualidad y fomentarla no sería posible sin conocer la opinión del alumnado acerca de los procesos de enseñanza. Para que el profesorado pueda mejorar y adaptarse a las necesidades día a día, resulta fundamental conocer los resultados de investigaciones sobre la opinión del alumnado acerca de la evaluación académica y sobre las actividades desarrolladas durante la titulación, de las cuales resulta fundamental el estudio de las prácticas curriculares.

Por lo tanto, el objetivo de la presente investigación es analizar el grado de satisfacción de los alumnos que han participado en una unidad de fisioterapia.

Para la realización de la presente investigación se ha generado un cuestionario ad hoc en el que se les pregunta por varias cuestiones relativas a su experiencia durante la unidad de fisioterapia del evento deportivo Triathlon ITU Multisport World Championships. En concreto se les pregunta acerca de 7 cuestiones: se les pregunta por su grado de satisfacción general con la Unidad de Fisioterapia; por el grado de trabajo realizado en la Unidad de Fisioterapia; por si antes de acudir a la Unidad se sentía preparado/a para abordar a un paciente; por si cree que tras acudir a la Unidad tiene más confianza a la hora de abordar un paciente; por si cree que ha aprendido acudiendo a las Unidades de Fisioterapia; por el grado de satisfacción con los/las coordinadores/as de la Unidad; y finalmente por si tras acudir a esta unidad volvería a apuntarte a otra.

En total 18 alumnos respondieron al cuestionario durante el mes de abril de 2019. Posteriormente los datos fueron analizados de forma descriptiva para conocer qué nivel de satisfacción presentan.

A continuación, se muestran los resultados de la encuesta de valoración de la Unidad de Fisioterapia del Campeonato del Mundo de Triatlón ITU Pontevedra 2019.

Han contestado 18 alumnos a la encuesta, con los siguientes resultados:

1-Grado de satisfacción general con la Unidad de Fisioterapia, siendo 1 muy insatisfecho y 5 muy satisfecho: 10 alumnos (55,6%) valoran con un 5 su satisfacción y 8 alumnos (44,4%) lo valoran con un 4.

Imagen 1. Satisfacción general con la unidad de fisioterapia.

2-Grado de trabajo realizado en la Unidad de Fisioterapia, siendo 1 muy poco trabajo y 5 mucho trabajo.: 1 alumno (5,6%) valoran con un 2; 2 alumnos (16,7%) con un 3; 8alumnos (44,45) con un 4 y 6 alumnos (33,3%) con un 5.

3-Antes de acudir a la Unidad, ¿te sentías preparado/a para abordar a un paciente?

8alumnos (44,4%) indican que no, frente a 10 alumnos (55,6%) que sí.

Imagen 2. Nivel de preparación previo a la unidad de fisioterapia.

4- ¿Crees que tras acudir a la Unidad tienes más confianza a la hora de abordar un paciente?

Del total de alumnos encuestados, 18, antes de acudir a la Unidad solo 10 se sentían preparados para abordar a un paciente (55,6%). Sin embargo, tras acudir a la Unidad 15 tienen más confianza a la hora de abordar un paciente que en un principio (83,3%).

Imagen 3. Nivel de confianza tras acudir a la unidad de fisioterapia.

5-¿Crees que has aprendido acudiendo a las Unidades de Fisioterapia?

El 94,4% de los sujetos afirma que sí ha aprendido acudiendo a la Unidad, solo 1 sujeto dice que no.

Imagen 4. Nivel de aprendizaje tras acudir a la unidad de fisioterapia.

6- Grado de satisfacción con los/las coordinadores/as de la Unidad, siendo 1 muy insatisfecho y 5 muy satisfecho.

13 alumnos (72,2%) indican un 5 y el 27,8% restante (5alumnos) indican un 4.

Imagen 5. Nivel de satisfacción con los coordinadores de la unidad de fisioterapia

7- Tras acudir a esta Unidad, ¿volverías a apuntarte a otra?

El 100% de los encuestados responde que sí.

La calidad en la docencia es un asunto de amplio interés en la actualidad y fomentarla no sería posible sin conocer la opinión del alumnado acerca de los procesos de enseñanza. Para que el profesorado pueda mejorar y adaptarse a las necesidades día a día, resulta fundamental conocer los resultados de investigaciones sobre la opinión del alumnado acerca de la evaluación académica y sobre las actividades desarrolladas durante la titulación.

Los buenos resultados obtenidos sobre la satisfacción del alumnado tras participar en las unidades de fisioterapia resultan de gran interés para el análisis de la pertinencia de dicha actividad durante la titulación. Según los buenos resultados, la participación en las unidades de fisioterapia beneficiará al estudiante tanto a nivel académico, como profesional.

Debido a que participa alumnado de tercero, esta aproximación a la práctica con casos reales suscita un gran interés para ellos debido a que es su primer contacto con el mundo asistencial, lo que les dotará de recursos para empezar a afrontar de mejor manera las estancias clínicas del siguiente curso académico. En esta titulación, las estancias clínicas se realizan durante el último curso académico y las únicas posibilidades que tiene el alumnado de realizar prácticas asistenciales será, o bien mediante un programa de prácticas extracurriculares, o bien mediante dichas unidades de fisioterapia. Por otra parte, el alumnado de cuarto curso, que ya ha estado realizando las estancias clínicas, le servirá de complemento de éstas y le dará mayor seguridad a la hora de enfrentarse a su trabajo. Consideramos de suma importancia que los futuros fisioterapeutas se sientan seguros a la hora de desarrollar su trabajo, teniendo en cuenta que la seguridad que los pacientes perciban de ellos, es uno de los aspectos más influyentes para su mejora clínica (Martínez-Moreno, 2016).

En relación a esto, ante la pregunta “¿antes de acudir a la Unidad, ¿te sentías preparado/a para abordar a un paciente?” 8 alumnos (44,4%) indicaron que no, frente a 10 alumnos (55,6%) que sí. Por lo tanto, en términos generales, se podría decir que prácticamente la mitad de los estudiantes no se sentían preparados para realizar su trabajo. Aunque no se ha analizado en esta ocasión, creemos que sería interesante indagar si el sentirse preparamos o no, se relaciona con el curso académico. Es decir, cabría esperar que aquellos estudiantes de 4º curso que ya han realizado las estancias clínicas se sientan preparados para desarrollar su trabajo correctamente, en contraposición a aquellos estudiantes de 3º que aún no las han realizado, los cuales debieran percibir no estar preparados para aplicar un tratamiento adecuado.

El hecho de que todo el alumnado indique que su grado de satisfacción general con la Unidad de Fisioterapia sea bastante o muy satisfecho, puntuando este ítem con la mayor puntuación posible, junto con el hecho de que no existan estudiantes que indiquen niveles bajos de satisfacción, indica que se trata de una actividad muy bien valorada por los estudiantes.

Consideramos que los buenos resultados en la encuesta se deben a que la participación en las unidades de fisioterapia da la oportunidad de que los estudiantes resuelvan los casos clínicos planteados, tras una discusión de las diferentes posibilidades de resolución del problema y guiados en todo momento por un fisioterapeuta experto, lo que hace que tengan la seguridad de que lo que están haciendo es lo correcto. Además, la satisfacción mostrada in situ por los usuarios de la unidad complementa su seguridad, ya que el agradecimiento de los usuarios aumenta la autoestima académica y profesional de los estudiantes que han participado. Y en este caso en particular, más aún, teniendo en cuenta que se trata de deportistas de gran renombre mundial, que suelen estar acostumbrados a recibir tratamientos de fisioterapia de gran calidad. Además, consideramos que el hecho de ser protagonistas de una noticia mediante una entrevista con el responsable de prensa del diario de la universidad, que a su vez reenvía la información de la noticia a la prensa del entorno para su posible publicación, aumenta aún más la percepción de la relevancia de la labor realizada. Por otra parte, no se debe de descuidar la idea de que las unidades de fisioterapia se basan en una ideología fundamentada en el voluntarismo, de hecho, su realización se enmarca dentro de un programa de voluntariado de la universidad.

Cabe destacar que, desde una perspectiva existencialista, el voluntarismo universitario está orientado a cubrir carencias asistenciales de sectores necesitados sin que los voluntarios pongan en práctica sus conocimientos y capacidades específicas, u orientado a que los voluntarios apliquen los conocimientos y habilidades adquiridas más allá de una concepción asistencialista, promoviendo el desarrollo más sustentable de la sociedad (Ríos, 2004).

Asimismo, tal y como indica Gaete-Quezada (2015), los procesos de voluntariado otorgan a la universidad la oportunidad de formar a sus estudiantes en valores tan importantes como el respeto, la tolerancia o la empatía con el otro, lo que les permitirá asegurarse de que sus estudiantes hayan adquirido la sensibilidad suficiente para que valoren la dimensión humana que acompaña cada problema y así poder entender mejor para poder decidir mejor y más justamente. Otros beneficios importantes para los estudiantes que destinan tiempo al desarrollo de actividades de voluntariado universitario es que cambian su perspectiva y sensibilidad sobre su responsabilidad cívica. Además, el voluntariado también se puede desarrollar dentro de la propia universidad a través de proyectos de extensión para promover el desarrollo profesional de los estudiantes.

El verdadero desafío de las universidades socialmente responsables respecto del voluntariado universitario, radica no solo en elegir qué tipo de voluntariado promover desde su interior, sino que muy especialmente ser capaces de articularlo con la formación y la investigación, para lograr que los voluntarios universitarios sean también ciudadanos plenamente conscientes respecto de las razones por las cuales se originan los problemas sociales, para intentar incidir en la búsqueda de soluciones definitivas que permitan superar dichas desigualdades dentro de la sociedad (Freire, 2018).

Asimismo, Arias (2008) afirma que cuando la articulación del voluntariado con la formación es correctamente gestionada dentro de las universidades el voluntariado se convierte en un instrumento educativo y formativo que complementa la formación que los estudiantes reciben en las aulas y que sería muy difícil de contemplar de esa manera si no existieran dichas actividades. Así, los años de estudios universitarios se convierten también para los jóvenes en años de aprendizaje social, durante los cuales se fomenta la actuación del universitario en la transformación de la sociedad.

Se considera, además que los resultados positivos de esta investigación podrían estar debidos a que el trabajo académico realizado durante las unidades de fisioterapia responde a varios criterios que los expertos de estudios de caso recomiendan. Por una parte, la autenticidad, en el sentido de que contienen un nivel alto de realismo, presentando una historia que plantea situaciones problema reales que los estudiantes se encontrarán en su futura vida laboral. El responsable de la coordinación de la unidad pretende procurar escenarios que recojan informaciones, datos, sucesos, acontecimientos, materiales, actuaciones, contextos o condiciones que ayuden en el esclarecimiento de los objetivos de tratamiento de fisioterapia. Las situaciones problema presentadas ocurrieron durante ese evento y pueden ocurrir, bien de forma frecuente o porque se entiende que reflejan situaciones o problemas emergentes, o dignos de considerar para el desarrollo del conocimiento y las competencias profesionales. Esas situaciones durante las competiciones deportivas o eventos sociales en general, contienen rasgos como la impredecibilidad, incertidumbre o complejidad que son propias de quienes han de afrontar tareas profesionales como las que se tratan en los casos.

Por otra parte, la apertura, en el sentido de que permite desarrollar la reflexión, se posibilita formular cuestiones al coordinador y formular cuestiones a todos los participantes, preguntas que desarrollan el pensamiento crítico. El caso ha de favorecer la discusión abierta, generar controversia y diferentes puntos de vista, posibilitando la emergencia de necesidades diferentes de los participantes, de dilemas, interpretaciones y soluciones o cursos de acción diversos. El trabajo con el caso es un punto de inicio que posibilita la apertura a nuevos conocimientos, que incita a saber más, a profundizar para abordar los problemas y dilemas que van surgiendo, por lo que, a priori, no procede ofrecer análisis conclusivos. Y finalmente, el interés, tanto para abordar temas, conceptos, procedimientos, actitudes, lograr objetivos y desarrollar competencias relevantes desde el punto de vista académico y profesional y que pretenden ser objeto de evaluación, como para enganchar y comprometer en el aprendizaje a quienes van a trabajar sobre el caso. En este caso en concreto la motivación del estudiante sería el valorar, tanto la existencia como el descarte de una posible lesión deportiva, y en caso de su existencia, ayudar a su recuperación en fase aguda, así como la derivación a los servicios médicos o a otro fisioterapeuta para que continúe con su tratamiento una vez terminado el evento deportivo o regresado a su lugar de origen (Wassermann,1999).

En el trabajo con los casos, la reflexión juega un papel fundamental potenciando las relaciones entre el pensamiento concreto y el pensamiento abstracto, estableciendo una vía de doble sentido entre los principios generales y los casos individuales y favoreciendo que el alumnado no caiga en procesos de “socialización acrítica” en sus experiencias en las escuelas. Tal y como indican Abal-Alonso, Fuentes-Abeledo y Muñoz-Carril (2015), el uso de Cuadernos de Reflexión que incluyan contenidos diversos en relación con los casos abordados (conclusiones personales después de sesiones de trabajo, descripción y análisis de actividades surgidas en relación con los casos, descripción de fundamentos teóricos en torno a temas abordados en forma de informes, pruebas de la evaluación de las competencias desarrolladas, etc.), son muy útiles para el éxito en los aprendizajes. Para intentar cumplir dicho objetivo, se le pide al estudiante que realice un informe resumen de su experiencia en la que debe de indicar los casos tratados, y los puntos fuertes y propuestas de mejora que estime oportunas, y como se ha indicado anteriormente, la contestación a la entrevista del responsable de prensa. Esto favorece que los estudiantes interrelacionen los conocimientos teórico-prácticos y puedan realizar una reflexión sobre las experiencias que han tenido durante la realización de las estancias clínicas.

Tal y como indica Raposo-Rivas, Muñoz-Carril, Zabalza-Cerdeiriña, Martínez-Figueira y Pérez-Abellás (2015). aun estando convencidos de la bondad del método de casos, la experiencia lleva a resaltar la importancia de permanecer permanentemente alerta para obtener un buen rendimiento del trabajo con casos, tanto en la fase de preparación de los mismos como en el desarrollo durante la unidad, prestando mucha atención a la potenciación y facilitación de las discusiones en la fase interactiva. También a indagar continuamente en las razones de los éxitos y fracasos que vayan acaeciendo en un continuo proceso de investigación-acción.  El papel del coordinador como facilitador, potenciando el aprendizaje por descubrimiento, es fundamental. Ha de procurar que se aborden elementos cruciales, interviniendo si es necesario para clarificar aspectos y orientando observaciones y análisis a partir del caso. En el proceso suele resultar relevante proponer preguntas o cuestiones críticas que favorezcan la reflexión y disonancia cognitiva. El facilitador ha de ser consciente de las ideas clave, teorías, principios, procedimientos y actitudes que puedan ser apropiados para abordar el caso y los problemas susceptibles de estudio, y pensar en posibles secuencias para una adecuada profundización en el análisis, pero sin manipular para conducir las respuestas que los participantes no elaboran, sino incitando continuamente a la reflexión. Se debe de apostar por evitar sobre todo una posición muy directiva que pueda adelantar diagnósticos, soluciones o cursos de acción.

En este sentido, ante la pregunta ¿Crees que has aprendido acudiendo a las Unidades de Fisioterapia?, el 94,4% de los sujetos afirma que sí ha aprendido acudiendo a la Unidad, solo 1 sujeto dice que no. Por lo tanto, los resultados son buenos. Sin embargo, el hecho de que un estudiante indique que no ha aprendido no desmerece prestar atención a ese resultado.

Desde la perspectiva de potenciar la reflexión de todo el alumnado se propone optar por un enfoque del aprendizaje centrado en la persona. Por ello, en los procesos de aula se debe prestar atención tanto a la dimensión intelectual como a la emocional. Para ello se debe mantener la alerta ante las expresiones que son manifestación de emociones profundas, reconociendo su importancia, intentando dar una respuesta empática y considerándolo como motivo de trabajo en relación con el desarrollo del estudio de caso. Siempre con la intención de generar un clima de aula cálido, de escucha atenta, tanto de la conducta verbal como no verbal y alejado de la amenaza.  Recoger datos de lo que ocurre en el aula para comprender las razones de por qué determinados estudiantes no participan en el análisis de los casos, o lo hacen con escasa implicación, lleva a reflexionar en profundidad sobre la mejor manera de conducir la dinámica de aula y procurar, entre otros aspectos, trabajar sobre el miedo que algunos sienten ante la perspectiva de intervenir en los debates al ser muy susceptibles a  la crítica de otros; o a  fijarse en cómo algunos estudiantes no abandonan la intención de encontrar la respuesta que les parece los coordinadores quieren oír, en lugar de analizar diferentes opciones y puntos de vista y explorar múltiples elecciones; o introducir cambios para que los estudiantes perciban más claramente lo que puede aportarles trabajar en una perspectiva más abierta al debate Fuentes-Abeledo (2009).

Según estos resultados, en los que solamente uno de los participantes refiere no haber aprendido tras acudir a la unidad, consideramos que el trabajo realizado por los coordinadores es el adecuado. Además, también se puede justificar esta idea con los resultados obtenidos ante la pregunta 6: Grado de satisfacción con los coordinadores de la Unidad, cuyos resultados muestran que todos los estudiantes indican estar bastante o muy satisfechos.

Finalmente cabe destacar que el hecho de que tanto los coordinadores como los estudiantes participen de forma voluntaria en aquellas unidades en las que ellos deseen participar, aumenta profundamente la motivación hacia la actividad realizada. Tal y como indica Zabalza, la participación basada en preferencias permite una buena adecuación a las necesidades del estudiante, atendiendo de manera digna sus expectativas y demandas. En este sentido, y junto con todos los demás aspectos valorados mediante dicha encuesta, el hecho de poder elegir según sus preferencias, hace que ante la pregunta 7: Tras acudir a esta Unidad, ¿volverías a apuntarte a otra? Todos los encuestados respondan que sí, realidad que resume claramente que se trata de una actividad muy interesante para el alumnado que ha participado.

Se observa que los alumnos del Grado en Fisioterapia de la Universidad de Vigo valoran de una forma muy positiva todos los ítems presentados mediante este cuestionario, lo que indica un grado de satisfacción muy alto con las unidades de fisioterapia en las que han participado y su perspectiva futura de volver a hacerlo. Además, también refieren haber mejorado sus habilidades y competencias académicas sintiéndose más preparados a la hora de realizar su trabajo.

Abal Alonso, N.; Fuentes Abeledo, E. J. y Muñoz Carril, P.C. (2015). De la perspectiva ideal a la realidad del aula en las prácticas de futuros docentes de educación infantil. XIII Symposium Internacional sobre el Practium y las Prácticas Externas: “Documentar y Evaluar la Experiencia de Practicum de los Estudiantes”. Poio.

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