Trabajo Nº: | RES0061 |
Tipo: | Oral |
Tema: | Compromisos en la tutoría del Prácticum y de las prácticas externas |
Autores: |
José Refugio Arellano Sánchez Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-UNAM (Centro de Estudios Sociológicos) josearel@unam.mx Elizabet Cruz Rodríguez Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-UNAM (Centro de Estudios Sociológicos) cureely@gmail.com Beatriz Alexandra Jiménez Cuamatzi Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-UNAM (Centro de Estudios Sociológicos) betty.jmzc@gmail.com |
Keywords: | Prácticum sociológico, cultura del vino, enseñanza experiencial |
En 2017 se planteó en un proyecto de investigación dentro del programa PAPIIT de la UNAM. Donde el vino era el tema central, el problema en cuestión se planteo de la siguiente manera: “El paisaje vitivinícola y la transformación de uva en vino. Construcción del beber y los estilos culturales de vida en los procesos de socialización del consumo de vino de mesa en México.” Una de las consecuencias colaterales de la investigación fue que los profesores y ayudantes de investigación abrazaron la cultura del vino, en cuanto comprendieron las características de las vides, la magia de su elaboración, pero fundamentalmente cuando fueron instruidos, junto con los alumnos, en la educación del paladar para su degustación. Es aquí donde surge y se refuerza el aprendizaje basado en la experiencia.
Un proyecto de esta naturaleza busca a partir de la realidad cambiante, elaborar las explicaciones necesarias al surgimiento de los procesos sociales en la realidad mexicana. (Este trabajo es parte del proyecto: “La dimensión (patrimonial) del paisaje vitivinícola español, su impacto e influencia en la cultura del vino en México”, del programa PASPA 2019-2020, auspiciado por la DGPA, de la UNAM, como apoyo para la realización de un año sabático.)
Específicamente en México asistimos hoy en día a un auge y crecimiento de casas vitivinícolas, en diferentes regiones, y en constante expansión, por ello, indiscutiblemente llegará el momento en que las Ciencias Sociales tendrán que explicar este fenómeno y a la vez cómo se va generando la cultura del vino en México; desde el punto de vista conceptual, ¿qué es la cultura del vino?
Este estudio pretende identificar un estado actual de la cultura del vino en el territorio mexicano a partir de la descripción y definición de lo vitivinícola. Promover la cultura del vino desde la óptica turística, como opciones de ocio y entretenimiento entre la sociedad mexicana. Los “objetos” de estudio están hechos de circunstancias, situaciones; son de naturaleza rural o urbana a través de paisajes naturales o artificiales, así mismo hechos, sucesos, contextos. A la realidad entonces se le puede acercar desde lo sociológico, lo antropológico, etnográfico, psicológico, geográfico, etc. Se le puede abordar desde cualquier ángulo. Un tiempo pensábamos que la realidad podía explicarse, pero también transformarse. Ahora también intentamos comprender cómo influye la realidad cultural que se investiga, en el investigador.
En sí, si su trabajo empírico cualitativo es un ejemplo práctico, entonces el investigador al estar inmerso en práctica de campo, o practicum, aunque sea por poco tiempo, aprende por la experiencia práctica, es decir en este caso aprende a investigar-investigando, mediado por la influencia inevitable de la realidad en su estructura de obtención de conocimiento; de sus gustos, valores, etc.
Un proyecto de esta naturaleza busca a partir de la realidad cambiante, elaborar las explicaciones necesarias al surgimiento de los procesos sociales en la realidad mexicana. En el caso de México, nos encontramos en el proceso de auge y crecimiento de diversas y variadas casas vitivinícolas en diferentes regiones, las cuales se denominan como regiones vitivinícolas.
Una de las zonas con mayor importancia es Baja California en el Valle de Guadalupe y valles que le rodean, esta región ocupa el primer lugar a nivel nacional como productora de vino, y en ella se encuentran: Domecq, L. A. Cetto, Monte Xanic, Santo Tomás, y un sin número de casas vitivinícolas súper (fashion), boutiques que producen vino de autor, algunos con desarrollo de hotel, también súper fashion, con restaurant y/o bistró Gourmet con enólogo y/o sommelier de planta. Al hablar sobre su importancia podemos destacar que es la zona donde existen alrededor de 160 casas vitivinícolas considerando el surgimiento de una nueva casa vitivinícola cada cierto tiempo.
Sin embargo, la región de Parras de la Fuente, en Coahuila tiene la vitivinícola con más antigüedad en México a saber Casa Madero, históricamente es una de las más importantes por su origen y tradición.
La producción de vino en diversas zonas del país es lo que ha generado el interés en desarrollar este tema; cada vez que uno observa las regiones vitivinícolas se da cuenta que no solo es la producción, sino la historia y las transformaciones que giran en torno a cada una de ellas:
Esto da pie a otros (viñedos) que están surgiendo con fuertes inversiones y generando su propia historia, de tal forma tenemos que: en Baja California existen aproximadamente 160 casas vitivinícolas, en Coahuila 13, Zacatecas 6, Aguascalientes 8, Guanajuato 8, Querétaro 25 y Puebla 1. (Arellano & Santoyo, 2018).
Entonces, tenemos aproximadamente 220 casas vitivinícolas en el país, y estas se encuentran en constante expansión, por ello, es labor de las Ciencias Sociales explicar este fenómeno y a la vez, cómo se va generando la cultura del vino en México, desde el punto de vista conceptual, ¿qué es la cultura del vino?
A partir del viñedo, de la elaboración del vino y de su consumo y degustación. ¿Por qué razón el vino distingue al que lo consume?, ¿qué rituales se generan al consumir el vino?, ¿por qué está asociado a actos de celebración?, ¿de éxito?, ¿por qué se requiere un paladar educado para degustarlo?; ¿de qué manera se asocia al turismo?, ¿al ocio?, ¿al entretenimiento y al hedonismo?; si México como país se inserta en la modernidad globalizadora, la existencia de cada vez más vitivinícolas en el país y de consumidores. Entonces estamos ante un fenómeno social que requiere una explicación y esta parece dirigirse a caracterizar las viñas como paisaje y, éste, cultural y patrimonial (Elías Pastor, 2014); la existencia de rutas enológicas que engloben además de la cultura del vino, otros elementos culturales como la cultura del dulce, o de los lácteos, junto con monumentos y/o pueblos mágicos.
En este sentido, España como cuarto productor de vino en el mundo, tendría mucho que apostar en ese sentido para repensar y plantear las políticas sociales que fomentan la cultura del vino y sus componentes como patrimonio regional y/o nacional junto a otras manifestaciones culturales. Y qué van a definirse por la conformación tanto natural, como cultural (Javier Marcos Arévalo, 2007, Badajoz) es lo que compone el patrimonio vitivinícola.
Este estudio pretende identificar un estado actual de la cultura del vino en México a partir de la descripción y definición de lo vitivinícola. Promover la cultura del vino desde la óptica turística, como opciones de ocio y entretenimiento entre la sociedad mexicana. Si México sigue generando más paisaje vitícola y casas vinícolas, con toda seguridad aumentará su consumo; y esto repercutirá en un bienestar de la salud de los mexicanos o, por lo menos una parte de la sociedad será más feliz al consumir este producto.
Cuando se entra en contacto con una realidad específica y concreta, el investigador busca en ella los datos empíricos, inherentes a su investigación, entra de esta manera en una relación íntima de inmersión con la realidad. Los “objetos” de estudio están hechos de circunstancias, situaciones; son de naturaleza rural o urbana a través de paisajes, naturales o artificiales, así mismo hechos, sucesos, contextos aparentemente estáticos; que enmarcan las relaciones de los hombres entre sí y a su vez de los hombres con la naturaleza al entrar en contacto con la realidad; el investigador busca las respuestas a las preguntas que formuló antes y que responden a las características de sus conceptos con los que formuló sus hipótesis concretas y reales y su problema de investigación.
Este “acercamiento” a la realidad le implica al investigador, elaborar con las características concretas reales un listado de “observables”, en el sentido de desarticular la complejidad, “la complejidad busca dar razón del universo como un todo, más allá de la simple suma de sus partes, y de cómo sus componentes se unen para producir nuevas formas” (Hayles, 1998), de la realidad como dice García, (sistemas complejos) (2012) o, en palabras de Murdok, una guía cualitativa de la investigación.
A la realidad entonces se le puede acercar desde lo sociológico, lo antropológico, etnográfico, psicológico, geográfico, etc. Se le puede abordar desde cualquier ángulo, de la ciencia particular que requiera el conocimiento empírico. El sociólogo y el antropólogo social buscan para poner un ejemplo: las particularidades de la cultura, de un grupo, de una comunidad, de un estado o, de una nación. En este sentido, Boas plantea, la cultura es:
"...todo lo que incluye todas las manifestaciones de los hábitos sociales de una comunidad, las reacciones del individuo en la medida en que se ven afectadas por las costumbres del grupo en que vive, y los productos de las actividades humanas en la medida en que se ven determinadas por dichas costumbres."
Encontrará que no hay un concepto homogéneo y general de cultura, sino rasgos culturales, [uno de los temas que ha generado mayor discusión, en la construcción y en el enriquecimiento de la teoría antropológica, ha sido el concepto de cultura, que se enmarcan dentro de las principales corrientes intelectuales como parte fundamental del desarrollo científico], diferentes en cada grupo o comunidad y que incluso en un mismo país encontramos una manifestación diversa de culturas y más en un país como el nuestro, con la mega diversidad de 64 grupos culturales diferenciados específicamente, como culturas indígenas. Con usos, prácticas, hábitos, costumbres, creencias diferentes a las nuestras y qué decir de la llamada: cultura mexicana, conformada por el grupo étnico dominante: el náhuatl.
Al momento del descubrimiento y conquista de México, hecha por los españoles donde finalmente nos impusieron una cultura, nos aculturaron, dentro de las creencias y formas de vida por ellos construidas; predominó la suya sobre la nuestra, pero no del todo absolutamente porque en los procesos sociales y culturales suele haber una reciprocidad entre las gentes que pertenecen a culturas diferentes que interactúan y así la aculturación (Véase Aguirre Beltrán) inicial se torna en transculturación (Véase Pozas A.) a partir de la interacción conquistadores-conquistados que con el tiempo dieron lugar al México moderno y a la cultura mexicana.
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Relación de conquistadores y conquistados |
En este multiculturismo y pluriculturismo que caracteriza la vida cotidiana hoy en día, en contextos culturales que interactúan y se inter-influencian mutuamente y que además, si añadimos el elemento de la globalización cultural, el fenómeno específico de la cultura tiende a complejizarse. La influencia de los procesos culturales empieza con el “contacto”. Los contactos entre sujetos de culturas diferentes, es siempre constante y más acelerada en contextos urbanos que rurales. Pero basta con que los sujetos de diferentes sociedades, comunidades o, países diversos entren en contacto para interinfluenciarse.
Esto fue lo que sucedió con el vino, la mayoría de nuestros estudiantes conocían, pero, no acostumbraban a beber el vino tinto, así también los ayudantes de profesor:
“Su característica es, en la mayoría de los casos, lo imprevisible de su configuración futura”. (Cebrián, 1998).
Durante toda la investigación, tanto los profesores, ayudantes de profesor y alumnos se fueron relacionando día con día con todos los aspectos del vino; investigar, trabajar, entrevistar, recolectar datos, degustar, acercarse a una realidad diferente, todo lo que engloba este estilo de vida fue impactando progresivamente en cada uno de ellos hasta el punto en que se adhirieron ciertos comportamientos y estilos a su vida cotidiana.
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Influencia del vino para el consumo |
Esta afirmación surge a partir de los resultados de un cuestionario que se aplicó a los alumnos, ayudantes de profesor y profesores titulares; la finalidad del cuestionario era conocer cómo se vieron influenciados al estar trabajando los temas del vino.
En este contexto, la investigación socio-antropológica sobre la cual verso el trabajo de campo era sobre cuáles eran las características de la producción y consumo del vino en México, es así como iniciamos una serie de viajes a través de las prácticas de campo a las áreas vitivinícolas de México para entrar en contacto con la realidad de la cultura del vino en México y ¿Qué fue lo que nos pasó?
Partiendo de los elementos centrales que Zabalza desarrolla como fundamentales en el desarrollo de un buen practicum, podemos decir, que en términos de una sólida formación profesional dan sustento para el desarrollo de las competencias del sociólogo, así: “a) la forma en cómo se denomina el periodo de prácticas y cómo eso influye; b) el proceso de aprendizaje; c) las cuestiones organizativas; d) relación interinstitucional que se establezca; e) el componente emocional de la experiencia; f) la creación de redes; g) la incorporación de las TIC.” (Zabalza, 2011). El investigador en la realidad aprende exponencialmente, percibe la realidad con los sentidos. ¿Qué es la experiencia? Es la interacción del sujeto con los hechos reales, aquí hay que diferenciar dos cosas: la primera es que el sujeto–investigador se enfrenta a la realidad con un bagaje cultural, ideológico y axiológico propio que aprendió en su familia, la escuela, “en un contexto formativo como el universitario, donde la desintegración predomina sobre la integración, son muchos los elementos que habremos de reintegrar. Por ejemplo, la teoría y la práctica; la docencia y la investigación; el trabajo en las aulas y el que se lleva a cabo fuera de ellas; los conocimientos con las habilidades, actitudes y valores que permitirán ser mejor profesional y mejor persona; la formación general y las competencias instrumentales con las profesionalizantes, etc.” (Zabalza, 2011), la sociedad pero específicamente el contexto inmediato de su grupo, comunidad es decir, un contexto en el sentido de “campus” del sociólogo Pierre Bourdieu, (1998) por lo tanto, este campus o contexto del investigador, es cultural, en el mismo sentido que el segundo aspecto al que se enfrenta el investigador en la realidad, al estar frente a hechos, circunstancias y paisajes que no son propios, sino que responden a una realidad cultural específica, que no es la suya.
“Todos esos aspectos nos plantea Zabalza, afectan, también, al Prácticum y tienen sobre él un doble efecto. Uno interno al propio Prácticum en el que habrá que desarrollar todas esas integraciones de manera que llegue a constituir una pieza formativa completa. El otro ámbito de integración deberá hacerse en lo que se refiere a la conexión del Prácticum con las otras materias o componentes de cada carrera. Ya sabemos que constituye un elemento importante en la formación de nuestros estudiantes”. (Zabalza, 2011)
Cómo reacciona el investigador frente a los hechos culturales que son los propios. Trata de comprenderlos, por eso está ahí, pero en el intento y supongamos que lo logra, entonces o los rechaza, o, los acepta o, es indiferente, pero en el caso de que así sea, esto no es del todo cierto, porque lo indiferente no importaría por razones culturales, pero entonces, lo acepta o lo rechaza, en ambos casos el sujeto reacciona ante la realidad que investiga de alguna manera o de otra.
Un tiempo pensábamos que la realidad podía explicarse, pero también transformarse. Ahora también intentamos comprender como influye la realidad cultural que investiga en el investigador.
En sí, si su trabajo empírico cualitativo es un ejemplo práctico, entonces el investigador al estar inmerso en práctica de campo, o practicum aunque sea por poco tiempo, aprende por la experiencia práctica, -como lo refiere Zabalza, en uno de su elementos del practicum-, es decir en este caso aprende a investigar investigando, mediado por la influencia inevitable de la realidad en su estructura de obtención de conocimiento; de sus gustos, valores, etc.
Al entrar en contacto con la realidad del vino en México se comienza por una puerta ancha en términos de que el acercamiento de profesores, ayudantes de profesor y alumnos se hace de forma íntegra, es decir, el encuentro es del tercer tipo.
Primero con las plantas de vides en el campo, generalmente a cargo de un segundo; con las áreas de fermentación, mejor dicho con la casa vinícola propiamente dicho; donde es posible “observar” la manera de hacer el vino, donde entra en acción la “labor” del enólogo, y, en tercer lugar, el “espacio” reservado para la degustación que en muchas casas vitícolas coincide con el interior de la bodega, que sería el cuarto elemento, el área muchas veces subterránea, es para el reposo silencioso y obscuro del vino. En este sentido podemos considerar lo que Malinowsky plantea de la cultura:
"incluye los artefactos, bienes procedimientos, técnicas, ideas, hábitos y valores heredados (...) el lenguaje, forma parte integral de la cultura (...) no es un sistema de herramientas, sino más bien un cuerpo de costumbres orales."
Por lo general el primer impacto cuando se entra al mundo del vino, es el entorno, fuera de lo urbano eminentemente rural; en segundo lugar, es el paisaje vitícola, por lo general los investigadores no conocen este paisaje específico de la viña que cambia naturalmente como todo proceso dinámico de desarrollo y dependiendo de la época del año que se visiten los viñedos, este corresponderá con el ciclo de desarrollo de la vid, al momento de la visita; en tercer momento, el impacto de la fachada de la casa vitivinícola.
Un aspecto importante es el de la bodega, el lugar de reposo del vino en barrica y/o botella; un espacio donde el silencio impera; se conserva la humedad y temperatura de manera controlada, véase la Bodega de Noah Gordon, donde describe la importancia de generar una bodega a fin de preservar el vino; y en el caso de México, hay una tendencia monacal en la arquitectura interior con espacios y rincones, tenuemente iluminados, que invitan a la reflexión y relajación, como el caso de Tres Cantos, en el Valle de Guadalupe, en Baja California y, Toyán en San Miguel de Allende, Guanajuato, o, San Juanito en Querétaro cuya bodega es amplia, con iluminación roja, tenue, a base de leds y mesas hechas de barricas. El objetivo de las bodegas, por lo menos en México, ha sido el crear atmósferas especiales sensorialmente para la degustación de los vinos que cada vitivinícola produce, una experiencia con los sentidos, y que constituye el momento cumbre de la visita-recorrido a los viñedos. Logrando de esta manera un aprendizaje experiencial; basado en la inserción a la realidad que promueven las prácticas de campo, para la investigación de la cultura del vino en México.
Entonces, podemos pensar que el investigador que estudia la cultura del vino de manera directa y cualitativa: además de obtener de la realidad los datos y la información para la investigación, también es influenciado por la realidad, al abrazar los beneficios de la degustación del vino en el contexto de las atmósferas especiales creadas por los vinicultores. En este contexto mencionamos lo que nos dice Tylor que es la cultura: "aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias. El arte, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad.
Incorporando el consumo del vino en su dieta y buscando la experiencia de conocer y experienciar, de vez en vez, cada viñedo que surge en alguna parte del territorio mexicano, dando sorpresas inesperadas como el inicio de la existencia de vides en el estado de Puebla.
Naturalmente al visitar más viñedos, el investigador y en general cualquier persona, empieza a encontrar una especie de razones ocultas en el acercamiento a las casas vitivinícolas y en la degustación del vino. El paladar se educa y las visitas se convierten en placenteras, y cuando esto sucede la cultura como la mayor parte de las reacciones, de hábitos, y valores aprendidos y transmitidos, es la cualidad, que lo distingue, la conducta, cumple un ciclo.
El investigador conoce al vino, se acerca al vino, entonces el vino le corresponde, se le muestra tal cual es en sus propiedades constitutivas: color, sabor, aroma. Se conjugan en un juego hedónico, que busca repetir la experiencia. El objeto cultural estudiado, acaba envolviendo al sujeto que lo estudia, en un proceso de pura transculturación. Cuando el sujeto incorpora a su objeto en su vida cotidiana, convirtiéndolo en amante asiduo u, ocasional del vino. Pero entonces estamos ya inmersos en lo que se conoce, como turismo enológico, como nos refiere el Dr. Luis Pastor, antropólogo de la Universidad de Deusto, experto en estudios del paisaje, esto se debe al ocio y al hedonismo. La necesidad de romper la vida cotidiana que orilla a las actividades lúdicas, deportivas, turísticas, culturales, etc. Y el turismo enológico es, y se presenta como una excelente opción; al propiciar los procesos de socialización entre los sujetos, y, la convivencia humana.
Retomando a Pastor, cuyo fin no solo es la promoción del vino y los procesos culturales que ello conlleva; sino también aborda los procesos de recreación, uso del tiempo libre y ocio.
Por supuesto que existe a quien no le guste el vino, o, le hace “daño”. El vino convive en un mundo de bebidas alternativas: destilados, que mezclados con jugos, néctares y esencias son de fácil consumo, generalmente las bebidas dulces tienen una fuerte preeminencia entre los consumidores. Entonces surge la pregunta ¿por qué preferir el vino entre otras bebidas?; ¿qué me aporta el vino en términos sociales? En la cultura enológica es bien sabido que el consumidor de vino se distingue, se singulariza y se personaliza:
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Razones para beber vino |
Beber vino en un recipiente que no sea una copa de cristal, es casi un sacrilegio entre los amantes, con una trama de significaciones que adquieren como conocedores y como parte de lo que Arévalo, destaca, la cultura del vino.
El consumo del vino está asociado no sólo al hedonismo y al conocimiento de vinos; también a ciertos hechos, celebraciones y ritos sociales, ligados al éxito, a la obtención de contratos, a la obtención de algún título académico o, nobiliario, también, y, de manera especial al amor y, al enamoramiento. ¿Por qué se le simboliza al vino de esta manera? En la antigüedad era considerada la bebida de los dioses; luego fue la sangre de uno de ellos; hoy distingue y hedoniza a su consumidor. Es aspiracional y denota cierto aire de presunción, al saberse conocedor de un conocimiento placentero único.
Al comenzar a escribir esta ponencia teníamos claro el dar a conocer cómo la inserción en la cultura del vino tuvo consecuencias en el proceso de enseñanza-aprendizaje, es decir, cómo en el proceso de la investigación no es viable, o al menos, no del todo, verse influenciado por el objeto de estudio, en este caso, los efectos que tuvieron las prácticas de campo a las casas vitivinícolas en los alumnos y ayudantes de profesor de la carrera de sociología de la FCPyS de la UNAM. Por naturaleza, la carrera de sociología tiene que ver con la realidad directa de los fenómenos que investiga para ello, institucionalmente tenemos el recurso de la organización de las prácticas de campo para acercarnos de manera directa a las manifestaciones reales del fenómeno social que se quiere conocer.
El caso específico del vino, nos permitió observar y analizar no solamente qué sucede con el vino en México (objetivo principal de la investigación); sino que identificamos un elemento esencial que se presenta cuando el investigador se acerca a un objeto de estudio y que es una de las partes más enriquecedoras: la influencia subjetiva que genera conocimiento. Anteriormente se menciono el ejemplo de los conquistadores y los conquistados para explicar lo que sucedió durante el trabajo de campo con el vino, el alumno y los ayudantes de investigador, se vieron influenciados por su objeto de estudio, fueron adquiriendo las herramientas de cómo investigar (habilidades que les servirán en el área profesional y académico) y a la par, qué existe, culturalmente, detrás del vino.
Durante el desarrollo de cada una de las prácticas, el aprendizaje basado en la experiencia se fue mejorando o perfeccionando, hablando de los alumnos, cada uno de ellos se acercó, quizá por primera vez o última, a una bebida desconocida y lo aprendido en campo impacto de una forma; pero si nos enfocamos en los ayudantes de profesor, cada una de las veces que salieron a campo y que se relacionaron con todo el proceso de elaboración, sus conocimientos y habilidades se fueron reforzando y ampliando hasta el grado de que fueron integrando el vino en su vida cotidiana. Esto permitió una forma de generar y transmitir el conocimiento; sus vivencias y gustos adquiridos los transfirieron a sus círculos más cercanos, amigos, familia, pareja y conocidos generando así una cadena que va creciendo.
Este es el aspecto más importante del prácticum: impactar, generar, crear y transmitir, que el aprendizaje no se quede en el aula sino trascender esa delgada línea que divide cada una de las esferas de la vida; en este caso, el vino permitió tal efecto, permitió que el prácticum trascendiera a través de la enseñanza experiencial.
Arévalo, Javier Marcos. (2007) La Cultura del vino. Badajoz
Cárdenas R., María L.; Rivas R. José F. (2004) La teoría de la complejidad y su influencia en la escuela. Revista de Teoría y Didáctica delas Ciencias Sociales. Mérida-Venezuela. Enero-diciembre. Nº 9 P. 131-141.
Gordon, Noah. (2009) La Bodega. Ed. Recalbolsillos histórica.
Elía Pastor, Luis, (2015). El paisaje Vitivinícola.
Malinowsky. La cultura: concepto y estudio. Recuperado en: http://www.liceus.com/cgi-bin/aco/ant/01001.asp
Terruños. Número 25, abril 2015. Ed. FUNDACIÓN PARA LA CULTURA DEL VINO. Recuperado en:
https://culturadelvino.org/fcv/wp-content/uploads/pdf/publicaciones/terrunos25.pdf
Tylor Eduard B. La cultura: concepto y estudio. Recuperado en: http://www.liceus.com/cgi-bin/aco/ant/01001.asp
Zabalza Beraza, Miguel A. (2011) El Prácticum en la formación universitaria: estado de la cuestión Practicum in higher education: state of the art. En Rev. de Educación, 354. Enero-Abril 2011, Universidade de Santiago de Compostela, España. P. 21-43.