Trabajo Nº: | RES0043 |
Tipo: | Oral |
Tema: | Symposium autoorganizado |
Autores: |
Nuria Rajadell Puiggrós UB (DOE) nrajadell@ub.edu Cristina Palmeri Università degli Studi di Milano-Bicocca (Dipartimento di Scienze Umane per la Formazione "Riccardo Massa") cristina.palmieri@unimib.it |
Keywords: | Practicum de Pedagogía. Prácticas Externas en el EEES. Evolución histórica de la universidad europea. Interrogantes del EEES. |
EL RECORRIDO DEL PRÁCTICUM DE PEDAGOGIA DESDE LA IMPLANTACIÓN DE L'EEES. REALIDAD EN LOMBARDÍA Y CATALUÑA
El actual escenario económico, político, social y cultural sitúa a la universidad en la necesidad de un cambio, dejando de lado su carácter endogámico y convertirse en una de las piezas clave para construir una sociedad más justa y equitativa, con una investigación más eficaz y eficiente (MICINN, 2010), y con una formación poliédrica que ofrezca a la sociedad excelentes profesionales y comprometidos ciudadanos.
Todo ello provoca una clara respuesta que confluye en la creación del denominado Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)[1], en mayo de 1998, cuando los ministros de educación de Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido firman una declaración conjunta para provocar un proceso político de cambio de la enseñanza superior en Europa que dará lugar al año siguiente, a la famosa Declaración de Bolonia, concretamente suscrita el 19 de junio por 29 estados europeos donde se sientan los principios para abordar la calidad, movilidad, diversidad y competitividad, orientados hacia la consecución de dos objetivos estratégicos como son el incremento de la ocupación en la Unión Europea y la calidad formativa que atraiga a docentes y estudiantes de otros países del mundo.
Esta famosa Declaración, junto a su recorrido, se ha concebido durante mucho tiempo como una especie de hoja de ruta de las universidades europeas.
Este intercambio de conocimiento en educación superior, contabilizado a través de los famosos créditos, estimulaba una dinámica de convergencia de las diferentes universidades europeas que debía facilitar una mayor internacionalización y aumentar el intercambio de su alumnado. Entre los diferentes objetivos previstos resaltaba la adaptación de la universidad a nuevas estrategias y recursos para fomentar y facilitar el aprendizaje, a las demandas sociales y a la competitividad requerida a nivel laboral; todo ello teñido por la sombra de la excelencia, la competitividad y la calidad.
Sin olvidar la misión fundamental de la enseñanza superior como es la de formar eficaces y efectivos profesionales, dicha Declaración aglutina los siguientes objetivos:
Han pasado veinte años y se han realizado reuniones de ministros para hacer el seguimiento de los progresos realizados (Praga 2001, Berlín 2003, Bergen 2005, Londres 2007, Lovaina 2009, Budapest i Viena 2010, Bucarest 2012…). La fortaleza de esta nueva propuesta de formación universitaria basada en el EEES residía más que una gratuita sustitución de lo existente, a realizar un arduo proceso de reflexión (Rüegg, 1994; Iyanza, 2000). Los importantes cambios sociales, culturales, económicos y políticos existentes durante los últimos años han incitado a la reflexión sobre la misión, la naturaleza y la esencia de la universidad (Barlett 1976; Clarck, 1984; Bok, 1986; Pelikan, 1992; Thorens, 1996; Bowen & Shapiro, 1998; Kerr, 2001; Scott, 2006; Laredo, 2007).
El famoso proceso de Bolonia forma parte de los objetivos de Educación y Formación 2020, y de Europa 2020, y ahora que estamos justo a un paso del año 2020, desde la experiencia de las prácticas universitarias en el grado de Pedagogía, queremos mostrar algunas de las reflexiones y resultados que hemos vivido en dos universidades europeas, con el claro compromiso de seguir en este proceso de avance para una formación superior de calidad, sin interferencias entre países, plural y competitiva.
A las universidades se nos reclama fomentar la creatividad, la innovación y la complejidad, ser versátiles y flexibles, utilizar nuevas metodologías didácticas y, además, tenemos que ser conscientes que nos han salido competidores, desde ONGs hasta instituciones públicas, empresas y otras organizaciones, en este nuevo paradigma del conocimiento.
Milano es la capital de Lombardía, una rica región del norte de Italia en la que su universidad pública, la Universidad de Milano-Bicocca, posee una larga tradición de estudiantado en formación educativa.
Paralelamente Barcelona es la capital de Catalunya, una región del norte de España con un potencial económico también importante, en la que su universidad pública, la Universidad de Barcelona, posee igualmente una larga tradición en el área de educación.
Para ello hemos trabajado de manera compartida, nuestro recorrido por esta senda del EEES, desde un primer encuentro inicial de intercambio de informaciones hasta el atrevimiento a ofrecer propuestas compartidas entre docentes de ambos centros y con la mirada a nuestro estudiantado.
[1] Todos los documentos clave del Proceso de Bolonia pueden consultarse en la pàgina Web de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas http://www.crue.org
Después de compartir encuentros de trabajo entre los equipos docentes de ambas universidades, corroboramos una serie de similitudes relacionadas con el perfil personal y profesional, así como competencias de carácter transversal y específico que requerimos de un graduado o graduada en Pedagogía o Ciencias de la Educación. Las asignaturas que se imparten predominantemente en las aulas universitarias, ofrecen unos fundamentos de carácter más bien teórico-prácticos; sin embargo, todas las asignaturas que conforman el Practicum, más allá de sus denominaciones específicas, resultan tremendamente necesarias para ir modelando este perfil y estas competencias profesionales de las que somos en gran medida responsables en su acompañamiento.
Consideramos que existen básicamente tres grandes sistemas en los que el profesional de la Pedagogía puede desarrollar su tarea profesional, encontrando para cada uno de ellos unos bloques de actuación específicos, los cuales se pueden realizar en escenarios concretos y con temáticas específicas[1].
. De manera esquemática mostramos a continuación estas propuestas:
Se pueden llevar a cabo actuaciones como impartir programas reglados genéricos o programas reglados específicos, y también proporcionar soporte a la educación formal.
La realización de estas tareas se lleva a cabo en escenarios concretos, destacando básicamente el formato de aula, taller o sala para trabajar a nivel individual o con un pequeño grupo de personas.
Las actuaciones más frecuentes corresponden a la docencia –con todas sus posibilidades- así como al asesoramiento o también a la gestión.
Las actuaciones del pedagogo o la pedagoga bajo este paraguas de social se enmarcan en la promoción de la integración socio-laboral o también en la promoción del bienestar de la persona; asimismo figuran además aquellas encaminadas o centradas en potenciar la cohesión social.
La diversidad de escenarios de actuación es tremendamente amplia, dependiendo de la temática en la que se lleve a cabo la tarea educativa. Encontramos espacios en los que se prioriza la actividad (como podría ser por ejemplo una ludoteca, un centro de ocio para Personas Mayores o un centro de tiempo libre para niños y/o jóvenes…), junto a otros posibles que priorizan la salud (centro de día, centro residencial, centro deportivo…); espacios destinados a chicos y jóvenes (centro abierto, equipo de atención para niños y adolescentes con vulnerabilidad social o socioeconómica…) o espacios destinados a personas adultas (centro penitenciario, fundación…). Forman parte de este conjunto departamentos dependientes de la administración pública (departamentos de promoción económica, de bienestar social, de trabajo...) o centros específicos (ocupacional, de trabajo…).
En todos estos lugares la pedagoga o pedagogo diseñan y/o desarrollan actividades de gestión, coordinación o diseño de materiales, por citar algunas de ellas.
También figuran en este conjunto escenarios tremendamente variados; focalizando en la gestión de personas existen desde centros de formación, departamentos de recursos humanos hasta consultorías, en los que se incide en la prevención de riesgos laborales, la gestión de la calidad, la salud… Si se concreta en actividades de carácter más cultural o socioeducativo, forman parte de ellos museos, mediatecas, centros de educación ambiental o incluso servicios para tiempo libre. En ellos también el pedagogo tiene la posibilidad de diseñar, llevar a cabo, evaluar actividades o programas concretos, propuestas educativas, elaborar recursos paralelos, entre un amplio abanico de posibilidades.
Más allá del perfil que se requiere de nuestro alumno, las Prácticas Externas redondean los conocimientos académicos adquiridos con anterioridad y su grado de aplicabilidad, y facilitan al alumno ser consciente de su nivel competencial asimilado, garante de su profesionalidad pedagógica.
Entre las competencias transversales de la titulación de Pedagogía y/o Ciencias de la Educación coincidimos en las siguientes:
Como competencias específicas de la titulación de Pedagogía destacamos las siguientes:
Y, por último, y no porque no tengan un peso realmente fundamental, consideramos que todo alumno del grado de Pedagogía, al igual que el resto de alumnado del área de Ciencias Sociales, debería tener claramente asimiladas las siguientes competencias transversales comunes:
Revisadas las características competenciales del pedagogo o de la pedagoga, así como sus escenarios laborales junto a su perfil, mostramos de manera breve, la realidad de estas dos universidades europeas.
[1] Cuadro-resumen de los diferentes escenarios en los que el profesional de la Pedagogía puede desarrollar su ejercicio profesional
Lombardía, Milán
La Università degli Studi di Milano-Bicocca comprende 14 departamentos diferentes[1], que pertenecen a un amplio abanico de áreas disciplinares: económico-estadística, jurídica, médica, psicológica, científica, educativa y formativa, y sociológica, y 2 escuelas universitarias[2] enfocadas a la estadística y a las ciencias. En total, aproximadamente unos 32.000 estudiantes[3] se matriculan cada año en los diferentes cursos de grado que se ofertan.
El Departamento de Ciencias Humanas para la Formación "Riccardo Massa" nació en 1999, un año después de la inauguración de la Universidad, con una fuerte vocación interdisciplinaria, que permitió a lo largo del tiempo desarrollar diferentes líneas de investigación, unidas por el propósito de estudiar, apoyar e implementar procesos educativos y formativos en una perspectiva de complejidad[4]. El Departamento de Ciencias Humanas para la Educación es responsable de los cursos de tres años en Comunicación Intercultural y Ciencias de la Educación, y de los Programas de Maestría en Educación Primaria (ciclo único), Ciencias Pedagógicas, Capacitación y Desarrollo de Recursos. Ciencias humanas y antropológicas y etnológicas[5]
El curso de licenciatura en Ciencias de la Educación (L-19) ha experimentado varias transformaciones a lo largo de los años, adaptándose a las directrices europeas sobre formación e incorporando las disposiciones del Proceso de Bolonia. Forma la figura del educador profesional socio-pedagógico, que “trabaja en el campo educativo, formativo y pedagógico, en relación con cualquier actividad realizada de manera formal, no formal e informal, en las diversas fases de la vida, en una perspectiva de crecimiento personal. y social” (Ley 205/2017, párrafo 594). Por lo tanto, esta figura realiza actividades promocionales, preventivas y de rehabilitación dirigidas a diferentes edades y condiciones de vida, con el fin de promover, consolidar y recuperar la autonomía de los sujetos. Cada año 670 alumnos se matriculan en el Curso de Grado en Educación.
Un papel fundamental en la preparación de futuros educadores está cubierto por la pasantía, que tiene la función de permitir que los estudiantes realicen experiencias grupales reflexivas y didácticas, en universidades y servicios diversos, que les permitan: buscar la integración entre los conocimientos teóricos adquiridos a través de las diferentes enseñanzas y la práctica profesional. conocer y volver a trabajar las motivaciones y expectativas personales y profesionales, así como las prefiguraciones del trabajo educativo; aprender sobre el mundo del trabajo educativo; aprender de su experiencia de inclusión en los servicios. El objetivo es desarrollar un profesionalismo reflexivo, capaz de leer contextos complejos, reconocer dificultades y recursos personales y profesionales, propios y ajenos, para identificar métodos de respuesta adecuados a las situaciones que deben abordarse cada vez (Oggionni, 2014, 2016; Palmieri, 2018).
Para lograr este objetivo, la pasantía se divide en dos períodos:
La metodología que sustenta la organización de la pasantía es compleja y se basa principalmente en la alternancia entre las clases universitarias y la posibilidad de realizar experiencias directas. Cabe recordar que en el segundo año se realizan algunas visitas a los servicios pedagógico y también encuentros con algunos profesionales de la educación. El alumnado conforma pequeños grupos liderados por un supervisor pedagógico y realiza un elaborado y reelaborado Informe Final que entrega al final de ambos años de capacitación, donde la redacción individual tiene la función de permitir que los participantes expresen sus observaciones junto a sus reflexiones, a fin de ofrecer un significado personal y original a lo que se experimentó en el campo.
Se otorga una gran importancia educativa a los grupos pequeños (no más de 20 estudiantes) como lugar de confrontación, intercambio de prácticas y aprendizaje. El grupo, tanto en la experiencia de capacitación preparatoria como en la introductoria, se convierte en un contexto en el que se experimenta la dinámica y en el que se aprende.
Catalunya, Barcelona
Las últimas cifras que poseemos de la Universitat de Barcelona[7] -a partir de ahora UB- nos informan que actualmente posee 16 facultades y 73 grados diferentes, albergando un total de 42.961 estudiantes en el curso 2018-2019.
En 1929 surge el Seminario de Pedagogía de la UB, en el marco de la Facultad de Filosofía y Letras que, a través de los años, encontramos actualmente en el seno de la Facultad de Educación. La Facultad de Educación actualmente comparte cinco grados: Pedagogía, Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Social y Trabajo Social.
Cada una de ellas posee un porcentaje importante de su recorrido académico en la materia de Prácticas; sim embargo, nos ceñiremos para esta ocasión, al grado de Pedagogía.
Las prácticas de Pedagogía –entonces se trataba de una Licenciatura- en organizaciones externas se iniciaron en el curso 1994-1995, y han ido modulándose y tomando fuerza a lo largo de los años. Actualmente se llevan a cabo a lo largo del grado, en tres momentos puntuales:
Desde la obtención de la mitad del creditaje académico (120 créditos) cualquier alumno o alumna puede optar a la realización de prácticas de carácter extracurricular –aunque analizadas, validadas y observadas a lo largo de su proceso por parte del equipo de coordinación-, con la única finalidad de conocer e implicarse en la realidad profesional, siempre con una mínima remuneración económica.
Algunos alumnos o alumnas optan para incorporarse en nuevos escenarios profesionales antes de la realización de sus Prácticas Curriculares oficiales –conocidas popularmente como las PEX-; otros prefieren profundizar en escenarios previamente conocidos o iniciar su tarea en nuevos filones de carácter profesional.
Desde el equipo de coordinación velamos por el mantenimiento del espacio entre las prácticas académicas gratuitas y la tarea correspondiente a un trabajo remunerado.
[1] Departamento en las universidades italianas equivale a Facultad en las universidades españolas..
[2] Cfr https://www.unimib.it/ateneo/dipartimenti-e-scuole [consultado el 28/03/2019].
[3] Cfr. https://www.unimib.it/navigazione-utente/studenti-immatricolati [consultado el 28/03/2019].
[4] Cfr. https://www.formazione.unimib.it/it/dipartimento/fondazione-e-storia [consultado el 28/03/2019].
[5] Cfr. https://www.formazione.unimib.it/it/offerta-formativa [consultado el 28/03/2019].
[6] Para conocer con más detalle la organización del Practicum de Ciencias de la Educación consultar a: https://elearning.unimib.it/pluginfile.php/336719/mod_resource/content/3/Guida_tirocinio%202018%202019.pdf [consultado el 28/03/2019]
[7] La información comentada se encuentra en la página web de la Universidad de Barcelona: http:// www.ub.edu [consultado el 30/04/2019].
[8] Cuadro-resumen de los diferentes escenarios en los que el profesional de la Pedagogía puede desarrollar su ejercicio profesional
[9] http://www.ub.edu/emprenedoria/bie.html [consultado el 18/04/2019].
[10]Para conocer con más detalle la organización del Practicum de Pedagogia se recomienda visitar la pàgina del GIDC PRAXIS_UB consultar a: http://www.ub.edu/praxis/ca
Revisados de manera global los modelos del Practicum, desde una vertiente académica y curricular, en ambas realidades universitarias y en ciudades y países con un paralelismo bastante similar, deseamos puntualizar algunos aspectos específicos:
Observamos que las prácticas más iniciales, aquellas primeras prácticas que se realizan predominantemente en el aula universitaria, aunque con contactos puntuales de profesionales externos; paulatinamente van siendo acordadas y validadas por parte de las diferentes universidades europeas, a pesar de que no siempre concuerda el número de créditos académicos.
Sin embargo, la principal dificultad reside en la realización de prácticas en instituciones externas a la universidad, en las que simplemente ofrecemos cuestiones sobre las que estamos reflexionando e investigando todavía:
Estas, junto a otras cuestiones, reflejan que la idea de un Espacio Europeo de Educación Superior todavía posee algunos eslabones que dificultan este movimiento universitario con cierta fluidez en el caso de las prácticas externas, y también este reconocimiento de experiencia profesional.
Encontramos todavía que el alumno, y en muchas ocasiones animado por el propio tutor universitario, acude a otro país europeo a realizar experiencias prácticas de carácter profesionalizador, que simplemente son reconocidas posteriormente como un suplemento al título universitario, pero no han podido ser incorporadas en su currículum académico. El alumno no ha podido realizar unas prácticas de carácter curricular en otro país, con una tutorización regular y con un conocimiento y aval universitario.