De Bolonia a hoy, ¿cómo ha cambiado el Prácticum en Milán?
Trabajo Nº:RES0043
Tipo:Oral
Tema:Symposium autoorganizado
Autores: Nuria Rajadell Puiggrós
UB (DOE)
nrajadell@ub.edu


Cristina Palmeri
Università degli Studi di Milano-Bicocca (Dipartimento di Scienze Umane per la Formazione "Riccardo Massa")
cristina.palmieri@unimib.it
Keywords:Practicum de Pedagogía. Prácticas Externas en el EEES. Evolución histórica de la universidad europea. Interrogantes del EEES.
INTRODUCCIÓN

EL RECORRIDO DEL PRÁCTICUM DE PEDAGOGIA DESDE LA IMPLANTACIÓN DE L'EEES. REALIDAD EN LOMBARDÍA Y CATALUÑA

El actual escenario económico, político, social y cultural sitúa a la universidad en la necesidad de un cambio, dejando de lado su carácter endogámico y convertirse en una de las piezas clave para construir una sociedad más justa y equitativa, con una investigación más eficaz y eficiente (MICINN, 2010), y con una formación poliédrica que ofrezca a la sociedad excelentes profesionales y comprometidos ciudadanos.

Todo ello provoca una clara respuesta que confluye en la creación del denominado Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)[1], en mayo de 1998, cuando los ministros de educación de Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido firman una declaración conjunta para provocar un proceso político de cambio de la enseñanza superior en Europa que dará lugar al año siguiente, a la famosa Declaración de Bolonia, concretamente suscrita el 19 de junio por 29 estados europeos donde se sientan los principios para abordar la calidad, movilidad, diversidad y competitividad, orientados hacia la consecución de dos objetivos estratégicos como son el incremento de la ocupación en la Unión Europea y la calidad formativa que atraiga a docentes y estudiantes de otros países del mundo.

Esta famosa Declaración, junto a su recorrido, se ha concebido durante mucho tiempo como una especie de hoja de ruta de las universidades europeas.

Este intercambio de conocimiento en educación superior, contabilizado a través de los famosos créditos, estimulaba una dinámica de convergencia de las diferentes universidades europeas que debía facilitar una mayor internacionalización y aumentar el intercambio de su alumnado. Entre los diferentes objetivos previstos resaltaba la adaptación de la universidad a nuevas estrategias y recursos para fomentar y facilitar el aprendizaje, a las demandas sociales y a la competitividad requerida a nivel laboral; todo ello teñido por la sombra de la excelencia, la competitividad y la calidad.

Sin olvidar la misión fundamental de la enseñanza superior como es la de formar eficaces y efectivos profesionales, dicha Declaración aglutina los siguientes objetivos: 

  • La adopción de un sistema fácilmente legible y comparable de titulaciones, mediante la implantación, entre otras cuestiones, de un Suplemento al Diploma.
  • La adopción de un sistema basado, fundamentalmente, en dos ciclos principales.
  • El establecimiento de un sistema de créditos, como el sistema ECTS.
  • La promoción de la cooperación europea para asegurar un nivel de calidad para el desarrollo de criterios y metodologías comparables.
  • La promoción de una necesaria dimensión europea en la educación superior con particular énfasis en el desarrollo curricular.
  • La promoción de la movilidad y remoción de obstáculos para el ejercicio libre de la misma por los estudiantes, profesores y personal administrativo de las universidades y otras instituciones de enseñanza superior europeo.

 

Han pasado veinte años y se han realizado reuniones de ministros para hacer el seguimiento de los progresos realizados (Praga 2001, Berlín 2003, Bergen 2005, Londres 2007, Lovaina 2009, Budapest i Viena 2010, Bucarest 2012…). La fortaleza de esta nueva propuesta de formación universitaria basada en el EEES residía más que una gratuita sustitución de lo existente, a realizar un arduo proceso de reflexión (Rüegg, 1994; Iyanza, 2000). Los importantes cambios sociales, culturales, económicos y políticos existentes durante los últimos años han incitado a la reflexión sobre la misión, la naturaleza y la esencia de la universidad (Barlett 1976; Clarck, 1984; Bok, 1986; Pelikan, 1992; Thorens, 1996; Bowen & Shapiro, 1998; Kerr, 2001; Scott, 2006; Laredo, 2007).

El famoso proceso de Bolonia forma parte de los objetivos de Educación y Formación 2020, y de Europa 2020, y ahora que estamos justo a un paso del año 2020, desde la experiencia de las prácticas universitarias en el grado de Pedagogía, queremos mostrar algunas de las reflexiones y resultados que hemos vivido en dos universidades europeas, con el claro compromiso de seguir en este proceso de avance para una formación superior de calidad, sin interferencias entre países, plural y competitiva.

A las universidades se nos reclama fomentar la creatividad, la innovación y la complejidad, ser versátiles y flexibles, utilizar nuevas metodologías didácticas y, además, tenemos que ser conscientes que nos han salido competidores, desde ONGs hasta instituciones públicas, empresas y otras organizaciones, en este nuevo paradigma del conocimiento.

Milano es la capital de Lombardía, una rica región del norte de Italia en la que su universidad pública, la Universidad de Milano-Bicocca, posee una larga tradición de estudiantado en formación educativa.

Paralelamente Barcelona es la capital de Catalunya, una región del norte de España con un potencial económico también importante, en la que su universidad pública, la Universidad de Barcelona, posee igualmente una larga tradición en el área de educación.

Para ello hemos trabajado de manera compartida, nuestro recorrido por esta senda del EEES, desde un primer encuentro inicial de intercambio de informaciones hasta el atrevimiento a ofrecer propuestas compartidas entre docentes de ambos centros y con la mirada a nuestro estudiantado.

 

[1] Todos los documentos clave del Proceso de Bolonia pueden consultarse en la pàgina Web de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas http://www.crue.org

METODOLOGÍA

Después de compartir encuentros de trabajo entre los equipos docentes de ambas universidades, corroboramos una serie de similitudes relacionadas con el perfil personal y profesional, así como competencias de carácter transversal y específico que requerimos de un graduado o graduada en Pedagogía o Ciencias de la Educación. Las asignaturas que se imparten predominantemente en las aulas universitarias, ofrecen unos fundamentos de carácter más bien teórico-prácticos; sin embargo, todas las asignaturas que conforman el Practicum, más allá de sus denominaciones específicas, resultan tremendamente necesarias para ir modelando este perfil y estas competencias profesionales de las que somos en gran medida responsables en su acompañamiento.

Consideramos que existen básicamente tres grandes sistemas en los que el profesional de la Pedagogía puede desarrollar su tarea profesional, encontrando para cada uno de ellos unos bloques de actuación específicos, los cuales se pueden realizar en escenarios concretos y con temáticas específicas[1].

. De manera esquemática mostramos a continuación estas propuestas:

  • Sistema de Educación Formal:

Se pueden llevar a cabo actuaciones como impartir programas reglados genéricos o programas reglados específicos, y también proporcionar soporte a la educación formal.

La realización de estas tareas se lleva a cabo en escenarios concretos, destacando básicamente el formato de aula, taller o sala para trabajar a nivel individual o con un pequeño grupo de personas.

Las actuaciones más frecuentes corresponden a la docencia –con todas sus posibilidades- así como al asesoramiento o también a la gestión.

  • Sistema Social:

Las actuaciones del pedagogo o la pedagoga bajo este paraguas de social se enmarcan en la promoción de la integración socio-laboral o también en la promoción del bienestar de la persona; asimismo figuran además aquellas encaminadas o centradas en potenciar la cohesión social.

La diversidad de escenarios de actuación es tremendamente amplia, dependiendo de la temática en la que se lleve a cabo la tarea educativa. Encontramos espacios en los que se prioriza la actividad (como podría ser por ejemplo una ludoteca, un centro de ocio para Personas Mayores o un centro de tiempo libre para niños y/o jóvenes…), junto a otros posibles que priorizan la salud (centro de día, centro residencial, centro deportivo…); espacios destinados a chicos y jóvenes (centro abierto, equipo de atención para niños y adolescentes con vulnerabilidad social o socioeconómica…) o espacios destinados a personas adultas (centro penitenciario, fundación…). Forman parte de este conjunto departamentos dependientes de la administración pública (departamentos de promoción económica, de bienestar social, de trabajo...) o centros específicos (ocupacional, de trabajo…).

En todos estos lugares la pedagoga o pedagogo diseñan y/o desarrollan actividades de gestión, coordinación o diseño de materiales, por citar algunas de ellas.

  • Por último, encontramos el denominado Sistema Empresa, en el que predominantemente se realizan tareas específicas de gestión y/o de formación, dirigidos a personas individual o colectivamente, en entornos laborales, culturales o socioeducativos.

También figuran en este conjunto escenarios tremendamente variados; focalizando en la gestión de personas existen desde centros de formación, departamentos de recursos humanos hasta consultorías, en los que se incide en la prevención de riesgos laborales, la gestión de la calidad, la salud… Si se concreta en actividades de carácter más cultural o socioeducativo, forman parte de ellos museos, mediatecas, centros de educación ambiental o incluso servicios para tiempo libre. En ellos también el pedagogo tiene la posibilidad de diseñar, llevar a cabo, evaluar actividades o programas concretos, propuestas educativas, elaborar recursos paralelos, entre un amplio abanico de posibilidades.

 

Más allá del perfil que se requiere de nuestro alumno, las Prácticas Externas redondean los conocimientos académicos adquiridos con anterioridad y su grado de aplicabilidad, y facilitan al alumno ser consciente de su nivel competencial asimilado, garante de su profesionalidad pedagógica.

Entre las competencias transversales de la titulación de Pedagogía y/o Ciencias de la Educación coincidimos en las siguientes:

  • Adaptación y aplicación del conocimiento pedagógico en diferentes contextos educativos y formativos.
  • Desarrollo de una actitud innovadora en los procesos educativos, formativos y profesionales.
  • Resolución de problemas educativos desde una perspectiva multicultural y compleja.
  • Autoconocimiento para el desarrollo personal y profesional.
  • Toma de conciencia de los fenómenos pedagógicos desde una perspectiva interdisciplinaria e intercultural.
  • Saber transmitir el conocimiento educativo a diferentes audiencias.

 

Como competencias específicas de la titulación de Pedagogía destacamos las siguientes:

  • Conocimiento y aplicación de las herramientas propias del diagnóstico, evaluación y análisis en Pedagogía.
  • Análisis, diseño, gestión, uso y evaluación de tecnologías de la información y la comunicación en los entornos asociados a los procesos educativos y formativos, virtuales o no, incluyendo la creación de recursos multimodales y multialfabéticos.
  • Diseño, desarrollo, asesoramiento y evaluación de programas, proyectos, acciones y productos adaptados a la formación en las organizaciones.
  • Conocimiento y comprensión de los procesos de enseñanza y aprendizaje y su incidencia en la formación integral.
  • Diseño, desarrollo y evaluación de programas educativos y formativos para el desarrollo personal, profesional, social y cultural.
  • Aplicación y evaluación de técnicas y estrategias de asesoramiento, consulta y mediación educativa en ámbitos profesionales, institucionales, sociales y educativos.
  • Aplicación de técnicas y estrategias innovadoras en las relaciones educativas y en la dinamización de grupos.
  • Habilidad en la recogida e interpretación de datos relevantes que posibiliten la emisión de juicios reflexivos sobre temas educativos y sociales.
  • Diseño, desarrollo y evaluación de propuestas de organización y gestión de centros, instituciones y servicios socioeducativos.
  • Diagnóstico de situaciones complejas, con atención especial a la diversidad y la inclusión social para desarrollar y aplicar metodologías adaptadas a las diferencias personales y sociales.
  • Diseño y aplicación de estrategias didácticas en diversos contextos educativos y formativos.
  • Comprensión y valoración de situaciones sociales, culturales, económicas y políticas para innovar y transformar en ámbitos formativos y educativos.
  • Diseño de planes de formación permanente y de formación de formadores adecuados a las nuevas situaciones y necesidades educativas y formativas.

 

Y, por último, y no porque no tengan un peso realmente fundamental, consideramos que todo alumno del grado de Pedagogía, al igual que el resto de alumnado del área de Ciencias Sociales, debería tener claramente asimiladas las siguientes competencias transversales comunes:

  • Capacidad comunicativa, considerada indispensable, ya que debe reflejar la capacidad de comprender y de expresarse oralmente y por escrito en la lengua propia, así como con el dominio de la lengua del país al que pretenda realizar sus prácticas externas. De manera imprescindible resulta el dominio del lenguaje especializado. Y, por descontado. la capacidad de buscar, utilizar e incorporar la información.
  • Responsabilidad ante el aprendizaje, poseyendo la capacidad de análisis, de síntesis, de visiones globales y de aplicación de los conocimientos a la práctica. Se considera también básica la capacidad de tomar decisiones y de adaptación a nuevas situaciones previstas y/o no previstas.
  • Capacidad de colaborar con los demás, de trabajar en equipo y de participar en proyectos compartidos. El pedagogo debe poseer claramente la capacidad de colaborar con equipos integrados por personas de diferentes disciplinas, con diferentes miradas y de carácter multicultural.
  • Capacidad creativa y emprendedora, arriesgándose a formular, diseñar y gestionar proyectos, así como para saber buscar e integrar nuevos conocimientos.
  • Compromiso ético, considerado como esta capacidad crítica y autocrítica, de mostrar actitudes coherentes con las concepciones éticas y deontológicas
  • Sostenibilidad, interpretada como la capacidad de valorar el impacto social y medioambiental de nuestras actuaciones en cualquier ámbito del carácter psico-socio-pedagógico en el que nos movemos.

 

Revisadas las características competenciales del pedagogo o de la pedagoga, así como sus escenarios laborales junto a su perfil, mostramos de manera breve, la realidad de estas dos universidades europeas.

 

[1] Cuadro-resumen de los diferentes escenarios en los que el profesional de la Pedagogía puede desarrollar su ejercicio profesional

RESULTADOS

 

 

 Lombardía, Milán

La Università degli Studi di Milano-Bicocca comprende 14 departamentos diferentes[1], que pertenecen a un amplio abanico de áreas disciplinares: económico-estadística, jurídica, médica, psicológica, científica, educativa y formativa, y sociológica, y 2 escuelas universitarias[2] enfocadas a la estadística y a las ciencias. En total, aproximadamente unos 32.000 estudiantes[3] se matriculan cada año en los diferentes cursos de grado que se ofertan.

El Departamento de Ciencias Humanas para la Formación "Riccardo Massa" nació en 1999, un año después de la inauguración de la Universidad, con una fuerte vocación interdisciplinaria, que permitió a lo largo del tiempo desarrollar diferentes líneas de investigación, unidas por el propósito de estudiar, apoyar e implementar procesos educativos y formativos en una perspectiva de complejidad[4]. El Departamento de Ciencias Humanas para la Educación es responsable de los cursos de tres años en Comunicación Intercultural y Ciencias de la Educación, y de los Programas de Maestría en Educación Primaria (ciclo único), Ciencias Pedagógicas, Capacitación y Desarrollo de Recursos. Ciencias humanas y antropológicas y etnológicas[5]

El curso de licenciatura en Ciencias de la Educación (L-19) ha experimentado varias transformaciones a lo largo de los años, adaptándose a las directrices europeas sobre formación e incorporando las disposiciones del Proceso de Bolonia. Forma la figura del educador profesional socio-pedagógico, que “trabaja en el campo educativo, formativo y pedagógico, en relación con cualquier actividad realizada de manera formal, no formal e informal, en las diversas fases de la vida, en una perspectiva de crecimiento personal. y social” (Ley 205/2017, párrafo 594). Por lo tanto, esta figura realiza actividades promocionales, preventivas y de rehabilitación dirigidas a diferentes edades y condiciones de vida, con el fin de promover, consolidar y recuperar la autonomía de los sujetos. Cada año 670 alumnos se matriculan en el Curso de Grado en Educación.

Un papel fundamental en la preparación de futuros educadores está cubierto por la pasantía, que tiene la función de permitir que los estudiantes realicen experiencias grupales reflexivas y didácticas, en universidades y servicios diversos, que les permitan: buscar la integración entre los conocimientos teóricos adquiridos a través de las diferentes enseñanzas y la práctica profesional. conocer y volver a trabajar las motivaciones y expectativas personales y profesionales, así como las prefiguraciones del trabajo educativo; aprender sobre el mundo del trabajo educativo; aprender de su experiencia de inclusión en los servicios. El objetivo es desarrollar un profesionalismo reflexivo, capaz de leer contextos complejos, reconocer dificultades y recursos personales y profesionales, propios y ajenos, para identificar métodos de respuesta adecuados a las situaciones que deben abordarse cada vez (Oggionni, 2014, 2016; Palmieri, 2018).

Para lograr este objetivo, la pasantía se divide en dos períodos:

  • En el segundo año del grado se realizan las denominadas Actividades preparatorias, con una extensión de 36 horas, y que están destinadas a guiar a los estudiantes en el conocimiento de los campos profesionales en los que opera el educador socio-pedagógico, proporcionando herramientas cognitivas y reflexivas para reconocer y comprender las dimensiones transversales del trabajo educativo, facilitando así la elección del servicio en el que se podrá realizar, en el año siguiente, la formación en el campo laboral.
  • En el tercer año tiene lugar la Inserción en las organizaciones de acogida, con una duración mínima de 200 horas de estancia en la organización, que corresponde a la capacitación profesional en el campo real. Esta materia está diseñada para permitir que los estudiantes aprendan de su experiencia dentro de los servicios pedagógicos. Su propósito es permitirles adquirir de manera crítica herramientas, modelos y marcos interpretativos que ayuden, por un lado, a descifrar la complejidad de las situaciones y contextos educativos, las dinámicas relacionales, institucionales y de capacitación presentes en ellos; además. Se pretende profundizar en la comprensión del “Cómo construir tu propio estilo y tus propias habilidades educativas”.[6]

La metodología que sustenta la organización de la pasantía es compleja y se basa principalmente en la alternancia entre las clases universitarias y la posibilidad de realizar experiencias directas. Cabe recordar que en el segundo año se realizan algunas visitas a los servicios pedagógico y también encuentros con algunos profesionales de la educación. El alumnado conforma pequeños grupos liderados por un supervisor pedagógico y realiza un elaborado y reelaborado Informe Final que entrega al final de ambos años de capacitación, donde la redacción individual tiene la función de permitir que los participantes expresen sus observaciones junto a sus reflexiones, a fin de ofrecer un significado personal y original a lo que se experimentó en el campo.

Se otorga una gran importancia educativa a los grupos pequeños (no más de 20 estudiantes) como lugar de confrontación, intercambio de prácticas y aprendizaje. El grupo, tanto en la experiencia de capacitación preparatoria como en la introductoria, se convierte en un contexto en el que se experimenta la dinámica y en el que se aprende.

Catalunya, Barcelona

Las últimas cifras que poseemos de la Universitat de Barcelona[7] -a partir de ahora UB- nos informan que actualmente posee 16 facultades y 73 grados diferentes, albergando un total de 42.961 estudiantes en el curso 2018-2019.

En 1929 surge el Seminario de Pedagogía de la UB, en el marco de la Facultad de Filosofía y Letras que, a través de los años, encontramos actualmente en el seno de la Facultad de Educación. La Facultad de Educación actualmente comparte cinco grados: Pedagogía, Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Social y Trabajo Social.

Cada una de ellas posee un porcentaje importante de su recorrido académico en la materia de Prácticas; sim embargo, nos ceñiremos para esta ocasión, al grado de Pedagogía.

Las prácticas de Pedagogía –entonces se trataba de una Licenciatura- en organizaciones externas se iniciaron en el curso 1994-1995, y han ido modulándose y tomando fuerza a lo largo de los años. Actualmente se llevan a cabo a lo largo del grado, en tres momentos puntuales:

  • Se inicia en el 2º semestre con una asignatura de carácter introductorio, denominada Profesionalización y Salidas Laborales I, en la que se muestra el amplio abanico de posibilidades de actuación del profesional de la Pedagogía en un triple sistema: educación formal, social. En cada uno de ellos se profundiza en algunos bloques de actuación específicos: para la educación formal: imparte programas reglados, proporciona soporte a la educación formal e imparte programas reglados específicos. En el sistema Social promueve la integración socio-laboral, potencia la cohesión social y promueve el bienestar de la persona. Por último, en el sistema empresa se trabaja en la gestión de personas, gestión cultural y socioeducativa[8] De cada uno de ellos. Se profundiza en los diferentes perfiles Se ofrecen algunas visitas a instituciones y se realizan mesas redondas con profesionales en activo –normalmente antiguo alumnado que se encuentra trabajando en una organización- y también alumnos que están finalizando su periodo de prácticas externas o que justo las realizaron el curso anterior. Las aportaciones de estos alumnos a punto de graduarse o recién egresados, resultan tremendamente interesantes para el alumnado de primer curso; además de informarles sobre su experiencia, les proporcionan consejos sobre el interés de cursar algunas asignaturas optativas o de la importancia de ciertas actitudes en este ámbito profesional.
  • En el 6º semestre tiene lugar la realización de la asignatura Profesionalización y Salidas Laborales II, a través de la que se realiza una simulación profesional a partir de la creación de una empresa de carácter pedagógico, para la que la creatividad, junto a la emprendeduría, tomen un papel preponderante. Se realizan algunos talleres con profesionales externos y también se les ofrecen algunas asesorías. Esta tarea formativa y creativa culmina con la presentación de la “Feria de emprendeduría pedagógica” a lo largo de una jornada, en un escenario particular y estimulante como es el claustro de la Facultad. Allí presentan su empresa, la cual es valorada por parte de todos los alumnos de primer curso, que acuden como una actividad de formación de PSL-I. También acuden los tutores de las diferentes asignaturas que configuran el Practicum, y un comité formado por un representante del Rectorado de la UB y por un representante del Colegio Oficial de Pedagogos y Psicopedagogos de Catalunya. Las propuestas mejor valoradas se presentan al Barcelona Institut d’Emprenedoria -BIE[9]– que es una entidad que coordina, impulsa i promueve actividades emprendedoras.
  • En el último curso –a lo largo del 7º y 8º semestre- se llevan a cabo las Prácticas Externas, a través de las cuales el alumno o la alumna se incorpora en la realidad de una institución laboral en la que, en un primer momento, profundiza desde la observación y reflexión paralela en dicha realidad para, paulatinamente, aportar sus conocimientos y propuestas como profesional incorporando innovaciones en dicho escenario con un sentido proactivo caracterizadas por su faceta eminentemente pedagógica junto a la ética profesional. Esta asignatura requiere la estancia de 225 horas como mínimo en una institución de carácter pedagógico, que se combina con unos seminarios de práctica reflexiva -SPR- en los que el grupo de alumnado que coordina un tutor –aproximadamente unos diez o doce- se encuentra para profundizar en temas de debate relacionados con esta experiencia profesional. El tutor ofrece unos días antes de la SPR una serie de cuestiones para reflexionar para el debate; entre los temas tratados se encuentran: la incorporación en la organización de prácticas, la diversidad, la creatividad y la innovación, la comunicación, el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, la gestión emocional, la calidad… Además, se realiza una Carpeta de Aprendizaje relacionada con esta experiencia que se presentará a final de curso, en versión escrita i oralmente al resto de compañeros de grupo[i][10].

Desde la obtención de la mitad del creditaje académico (120 créditos) cualquier alumno o alumna puede optar a la realización de prácticas de carácter extracurricular –aunque analizadas, validadas y observadas a lo largo de su proceso por parte del equipo de coordinación-, con la única finalidad de conocer e implicarse en la realidad profesional, siempre con una mínima remuneración económica.

Algunos alumnos o alumnas optan para incorporarse en nuevos escenarios profesionales antes de la realización de sus Prácticas Curriculares oficiales –conocidas popularmente como las PEX-; otros prefieren profundizar en escenarios previamente conocidos o iniciar su tarea en nuevos filones de carácter profesional.

Desde el equipo de coordinación velamos por el mantenimiento del espacio entre las prácticas académicas gratuitas y la tarea correspondiente a un trabajo remunerado.

 

[1] Departamento en las universidades italianas equivale a Facultad en las universidades españolas..

[2] Cfr https://www.unimib.it/ateneo/dipartimenti-e-scuole  [consultado el 28/03/2019].

[3] Cfr. https://www.unimib.it/navigazione-utente/studenti-immatricolati [consultado el 28/03/2019].

[4] Cfr. https://www.formazione.unimib.it/it/dipartimento/fondazione-e-storia [consultado el 28/03/2019].

[5] Cfr. https://www.formazione.unimib.it/it/offerta-formativa [consultado el 28/03/2019].

[6] Para conocer con más detalle la organización del Practicum de Ciencias de la Educación consultar a: https://elearning.unimib.it/pluginfile.php/336719/mod_resource/content/3/Guida_tirocinio%202018%202019.pdf  [consultado el 28/03/2019]

 

[7] La información comentada se encuentra en la página web de la Universidad de  Barcelona: http:// www.ub.edu [consultado el 30/04/2019].

[8] Cuadro-resumen de los diferentes escenarios en los que el profesional de la Pedagogía puede desarrollar su ejercicio profesional

[9] http://www.ub.edu/emprenedoria/bie.html [consultado el 18/04/2019].

[10]Para conocer con más detalle la organización del Practicum de Pedagogia se recomienda visitar la pàgina del GIDC PRAXIS_UB consultar a: http://www.ub.edu/praxis/ca

 

 

 

 

CONCLUSIONES

Revisados de manera global los modelos del Practicum, desde una vertiente académica y curricular, en ambas realidades universitarias y en ciudades y países con un paralelismo bastante similar, deseamos puntualizar algunos aspectos específicos:

Observamos que las prácticas más iniciales, aquellas primeras prácticas que se realizan predominantemente en el aula universitaria, aunque con contactos puntuales de profesionales externos; paulatinamente van siendo acordadas y validadas por parte de las diferentes universidades europeas, a pesar de que no siempre concuerda el número de créditos académicos.

Sin embargo, la principal dificultad reside en la realización de prácticas en instituciones externas a la universidad, en las que simplemente ofrecemos cuestiones sobre las que estamos reflexionando e investigando todavía:

  • ¿Las Facultades de Educación están realmente comprometidas para comprender y aceptar la realización de prácticas externas en otro país europeo dentro del currículum académico?
  • ¿Las Oficinas de Relaciones Internacionales son conocedoras de la posibilidad de realizar prácticas externas dentro del currículum académico?
  • ¿Compartir prácticas va más allá de avalar un número de créditos en el expediente académico?
  • ¿Tenemos docentes universitarios preparados para tutorizar prácticas en otro país?
  • ¿Se reconoce al tutor de prácticas universitario la labor de fomentar el intercambio de alumnos de prácticas a otros países, sea en el proceso de acogida o en la potenciación de incorporación en otro país?
  • ¿Están preparadas nuestras instituciones de prácticas externas –al menos un número suficiente de ellas- para incorporar en su equipo estudiantes de la comunidad europea?
  • ¿Reciben alguna prestación específica las instituciones externas por el hecho de acoger a uno o varios estudiantes de otro país?
  • ¿Se facilita el intercambio o breves estancias de los tutores de prácticas externas en otro/s país/es para ampliar sus conocimientos y hacer realidad este Espacio Europeo de Educación Superior?
  • ¿Respetamos la decisión de un tutor universitario externo, por lo que se refiere a ofrecimiento de una institución, seguimiento y valoración de nuestro alumno?
  • ¿Sería posible acordar un Plan Docente compartido entre las Facultades de Educación por lo que respecta a las Prácticas Externas?

 

Estas, junto a otras cuestiones, reflejan que la idea de un Espacio Europeo de Educación Superior todavía posee algunos eslabones que dificultan este movimiento universitario con cierta fluidez en el caso de las prácticas externas, y también este reconocimiento de experiencia profesional.

Encontramos todavía que el alumno, y en muchas ocasiones animado por el propio tutor universitario, acude a otro país europeo a realizar experiencias prácticas de carácter profesionalizador, que simplemente son reconocidas posteriormente como un suplemento al título universitario, pero no han podido ser incorporadas en su currículum académico. El alumno no ha podido realizar unas prácticas de carácter curricular en otro país, con una tutorización regular y con un conocimiento y aval universitario.

 

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