La ecografía pediátrica ha avanzado de manera obvia durante las cuatro últimas décadas, de modo que hoy día se considera un método fiable en todos los grupos de edad y que permite explorar todas las partes del cuerpo, con numerosas aplicaciones validadas y establecidas.
Los últimos avances la han convertido en una técnica de análisis multiparamétrico a tiempo real que permite la valoración morfológica mediante el modo B de alta resolución, hemodinámica y angiográfica de estructuras mediante estudios Doppler y contraste, tanto intracavitario como endovenoso, y la valoración de elasticidad y rigidez de tejidos mediante técnicas de elastografía. La mejora continua de los equipos, en constante desarrollo, ha contribuido también a convertir a la ecografía en una técnica competitiva frente a la tomografía computarizada, especialmente en niños, por la ausencia de radiación ionizante y su relativo bajo coste.
Por todas estas razones, cuando el Curso Internacional de Actualización en Ecografía Pediátrica, que se celebró en el Hospital Vall d’Hebrón los días 10 y 11 de febrero, batió récord de asistencia y llenó todas y cada una de las butacas de la sala, no nos cupo duda de que es muy importante que cuidemos de los más pequeños.